EL MONÓLOGO DE ALSINA

El monólogo de Alsina: "No empujen, que hasta julio tenemos tiempo"

Les voy a decir una cosa.

“No empujen, que hasta julio tenemos tiempo”. Antes de entrar dejen salir. Reapareció Rubalcaba, con mejor cara que hace tres días pero a la defensiva y para rogar a la familia que la mudanza sea ordenada.

Carlos Alsina | @carlos__alsina

Madrid | 29.05.2014 20:11

Calma, compañeros, que no ganamos nada armando tanto alboroto. Él cree que en nada ayuda tanto revuelo, pero otros, en su partido, creen que o hacen ruido o les roban la cartera. Él viene de perder y ellos ahora quieren ganar. Hoy se vio a Rubalcaba amontonando sacos terreros porque sube la riada. Tablas en las ventanas, que Madina y Susana nos asaltan Ferraz para tomar el mando. O para pelearlo. “Soy neutral y estoy de salida”, proclamó el todavía secretario general -tan “todavía” que le quedan dos meses de cargo-, peleando en este empeño de ahora por parecer transparente a la imagen que él (y de él) se alimentó durante tantos años, la del audaz maniobrero que manejaba los hilos en la sombra, el habilísimo jugador, Maquiavelo, que siempre está tramando, y escondiendo, algo. “Soy neutral y estoy de salida, creéroslo, hombre”.

Hay convulsión en el segundo partido, en afiliados y en votos, que tiene España. Convulsiones propias de organizaciones humanas en momentos de incertidumbre y desconcierto. Y también, claro -anoche lo decía aquí Pachi Vázquez- hay dirigentes territoriales y numerosos cargos orgánicos temerosos de perder “el control” en sus sucursales respectivas, “el control”, concepto que identifican con la estabilidad al modo tradicional de las organizaciones jerárquicas.

“Más miedo a las urnas que a un nublao”, dicen los que vienen empujando. Si hace falta, le pedirán prestada a Artur Mas su urna de cartón para ir calentando. Rubalcaba pide tiempo para persuadir a barones y veteranos reacios -los urna escépticos- de que convocar a la militancia a elegir secretario general es el mejor revulsivo que puede contemplar, ahora mismo, un partido abatido y desfondado.

“Yo comparto la idea”, dice, “pero tiene que haber acuerdo de todos”. Dicen que pone como condición “consenso”, pero lo que él dijo fue algo más difícil: “unanimidad”. ¿De los barones, los veteranos, las federaciones o los miembros del comité federal? Unanimidad de los secretarios regionales, los Díaz, López, Page, Fernández Vara, Besteiro, Puig, Lambán, Tomás Gómez, todos líderes territoriales, pero unos, salta a la vista, con más peso y más voz que otros.

O una con más peso que todos los demás juntos, por simplificar las cosas. Más pistas: ha dicho Rubalcaba hoy que sí, que cabe dirigir el Partido Socialista Obrero Español, todo él, desde Sevilla. Es compatible ser secretaria general con seguir siendo presidenta autonómica. Bórrenme de la hemeroteca todo aquello que dijimos sobre Cospedal y su empeño en gobernar por control remoto, desde Génova, Castilla la Mancha. Si el secretario general del PSOE fue, a la vez, presidente del gobierno, no va a poder ser presidente autonómico. Éste es el nuevo mensaje que ya circula: nada más natural que compatibilizar cargo institucional y cargo orgánico, nada más innovador que tener un líder nacional que no duerme en Madrid, sino en Sevilla.

Se reparte el PSOE estos días entre la angustia de quienes andan convencidos de que, o aciertan con la renovación, o se acabó el PSOE a la relatividad con la que se lo toman aquéllos que vivieron la noche electoral del año 2000, cuando Almunia se pegó el tortazo padre y entró el partido en una de las peores crisis de su historia. Esto se hunde, decían. Luego salió Zapatero y gobernó ocho años, de modo que siempre hay tiempo para atemperar el apocalipsis y revisar los análisis categóricos que sobre vencidos y vencedores en la noche electoral venimos haciendo.

Pasada la cita de las europeas, y a la espera de que se retome el juicio a Elpidio José Silva por presunta prevaricación -fin de la aventura política, cuando menos, de momento-, y en puertas ya de que se cierre la investigación de la Gurtel para dar paso al juicio -y previsible condena- de los Correa, Pérez, Bárcenas y compañía, siguen saliendo esta semana sentencias. Condenas que desmienten la muy extendida, aireada y alimentada idea de que en España la corrupción en la política o en la banca queda siempre sin castigo.

Ayer fueron un consejero de gobierno autonómico, Rafael Blasco, político corrupto, y un el empresario corruptor, Tauroni, quienes fueron condenados, hoy lo han sido cuatro ejecutivos de banca -”banqueros, si queremos decirlo así- los que han sido encontrados culpables de manejar en beneficio propio el dinero de la caja, de la

Caixa Penedés, Pagés, Troyano, Abella, Caellas. Cuando la caja estaba ya en una situación financiera agónica, y viendo que la reorganización del sector (aquello de las fusiones frías y calientes que acabaría con esta entidad metida en el Banco Mare Nostrum previa inyección de 900 millones de euros del FROB, cuando ya veían venir que iban a dejar de tener mando, los cuatro ejecutivos se adjudicaron a sí mismos planes de pensiones por importe de veintiocho millones de euros.

Torearon, o embaucaron, a los máximos responsables de la entidad, el presidente, el consejo de administración -que alegan, y el fiscal lo ha dado por bueno, que a ellos se la colaron- y se garantizaron (o eso creyeron hasta hoy) una jubilación de escándalo. Y de escándalo ha sido. Los cuatro, según dice la sentencia, administraron el dinero de la caja de manera desleal anteponiendo sus intereses personales a los intereses de los impositores.

Para evitar el ingreso en prisión, han reconocido los hechos y han devuelven lo que ya habían cobrado. O como dice el tribunal, restauran así el patrimonio dañado. La noticia de esta condena habrá interesado, e inquietado, personalmente a otros antiguos banqueros inmersos en procesos judiciales por razones muy parecidas. Fernández Gayoso, Pego, Garcia de Paredes. La fusión de las cajas gallegas. Antes de perder sus sillones fruto de la fusión, dice la fiscalía anticorrupción, cinco ejecutivos se mejoraron a sí mismos los contratos adjudicándose prejubilaciones millonarias. El juez Moreno comparte la tesis e imputa apropiación indebida o estafa.

Cuando Pego se despidió de Novacaixagalicia escribió una carta al personal del banco: “Me habéis dado mucho más de lo que nunca habría podido imaginar. Más de lo que podré llegar a devolveros nunca”. El de Caixa Penedés ha sido el primero de los sumarios abiertos que ha llegado a juicio y sentencia. Hay varios más a la vista. Las cajas gallegas. La CAM, ay la CAM: López Abad y Avilés, apropiación indebida por el cobro de dietas y entre 6 y diez años de prisión que pide la acusación, el FROB, por el quebranto causado a la caja en la concesión manifiestamente negligente de créditos al consumo. Y queda por ver en qué acaba la investigación judicial sobre el Banco de Valencia, la Caja de Castilla la Mancha -primera que hizo catacrack-, la Banca Cívica y, naturalmente, Caja Madrid, el caso Bankia, donde no está Elpidio pero sí está Andreu, que tiene imputado a Blesa -las preferentes- por estafa. Los sumarios se irán rematando y los juicios irán cayendo.