Pues es verdad. Tezanos no sólo es socialista, es que pretendió compatibilizar su sillón en el CIS con el sillón de la ejecutiva del PSOE. No sólo va a favor de Sánchez, es que pide que se concentre el voto en los partidos que puedan gobernar, o sea, en el suyo, el PSOE. Y todo eso ayuda poco a que sus encuestas sean vistas como el trabajo aséptico y escrupuloso de un mero técnico en la cosa demoscópica. En realidad, la sombra de sospecha que se cierne sobre las encuestas de Tezanos es el propio Tezanos. La sombra es él.
Ahora, siendo todo eso así resulta aventurado despachar el sondeo de ayer como si fuera el sueño húmedo de un activista que anhela a ver a su líder político descansando sobre una mayoría parlamentaria de 150 escaños. Cocina hay, y discrepancias entre los expertos sobre la forma de cocinar también. Pero en la encuesta de abril le cayó la mundial a Tezanos por dejar al PP reducido a las raspas de lo que fue –cómo va a pasar de 135 a sólo 66, hombre por dios— y, en efecto, cuando llegaron las urnas en las raspas se quedó.
El CIS hace unas horquillas tan gordas que por arriba o por abajo siempre acierta en algo. No es lo mismo sacar 150 escaños que sacar 133. Ni 35 que 27, que es el rango que le da a Ciudadanos. Fíjense que ni siquiera Ciudadanos, que sale en esta encuesta mucho mejor que en todas las que han hecho los medios (o mucho menos mal) le ha agradecido a Tezanos que amortigue su descalabro.
Hombre, se entiende lo que Rivera quiere decir –-la apariencia de neutralidad—pero militantes de partidos al frente de instituciones públicas hay mucho y variados. Sin ir más lejos, el presidente del gobierno, que siempre es militante de su partido y responsable de la institución, que es pública.
La pregunta, en realidad, es si difundir un sondeo como éste, aparte de para dar munición a las tertulias, cambia en algo la realidad. Si saber que Sánchez habría sacado un porrón más de escaños de haberse celebrado las elecciones hace dos se-manas, hace que más votante acudan en socorro del vencedor y aún le voten más o todo lo contrario.
A Puigdemont le ha dado cuartelillo el juez belga que examina la euroorden. No le mete prisa, no vaya a ser que se le incomode. A Puigdemont siempre le están prorrogando la excendencia en Waterloo los jueces.
El abogado del huído, e investigado él mismo por blanqueo de capitales, Gonzalo Boye, le pidió al juez más tiempo –-entiéndalo, señoría, sólo llevamos dos años con este asunto— y el juez se dejó convencer para que nadie le acuse de tener ideas preconcebidas (o porque no ve que esta cuestión sea prioritaria, vaya usted a saber). En un minuto resolvió ayer que hay que dejar otro mes y medio a los abogados para que estudien. Les da tiempo a aprenderse de memoria el Código Penal, si quieren. El nuestro, y el de los belgas.
Puigdemont se volvió al sofá de la mansión a seguir dirigiendo desde allí la campaña de intoxicación permanente y a leer con interés lo que aquí se va publicando sobre sus conexiones con los CDR de Sabadell. Esos presuntos terroristas a los que el muñeco Torra llama presos politics (qué creativo) y de los que aún no ha contado si los conoce de algo o ha tratado con ellos alguna vez. Señor Torra, ¿le suenan los nombres de los individuos detenidos? Sí o no, tampoco es tan difícil.
Está la parroquia indepe movilizada contra Carmen Calvo porque ayer osó decir en este programa que si Bélgica, el estado belga del que forman parte sus jueces, impide que el tal Puigdemont sea juzgado en España, el gobierno español no se lo va a tomar bien.
Desveló ayer la vicepresidenta en este programa que usa el guasap para advertir al número dos del gobierno catalán, Pere Aragonés, cuando ve que el independentismo va a impulsar iniciativas que al gobierno central le parecen inaceptables. Le dice por ahí no, Pere, por ahí no.
Ella avisa, pero Aragonés tira millas, porque Esquerra Republicana, por mucho que el gobierno quiera verla como moderada y pragmática, está utilizando el Parlamento que preside (Torrent) para tensar la cuerda cuando le apetece, que es casi siempre. Como ejemplo del ‘por ahí no’ mencionó la vicepresidenta la resolución que va a debatir y votar el Parlamento catalán justo después de las elecciones de noviembre, el día 12.
¿Y qué dice esa resolución que el movimiento nacional independentista pretende sacar adelante? Pues el raca raca: lo presenta la CUP e insta a los diputados a retratarse no sólo en favor de la autodeterminación, sino a favor de ejercerla de forma concreta. La CUP en sintonía con aquello que dijo Torra de hacer otro referéndum en esta legislatura. Vuelve la burra al trigo, y más en la pugna electoral por el voto de los indepes.
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