OPINIÓN

Monólogo de Alsina: "Lo que ha hecho Vox en Murcia es desquitarse por lo de Madrid"

Vamos a tener que hacer un homenaje a Gila. Con el teléfono en la mano y llamando al Elíseo. ¿Está Macron? Que se ponga.

Carlos Alsina

Madrid | (Publicado 05.07.2019 07:59 )

¿Macron? Soy Fernando, el presidente de Murcia. No, de Rusia, no, de Murcia. En España. Es que no consigo seguir de presidente. Por los de Vox. Y te llamo para que dejes de hacerme la puñeta, hombre. Si, tú. Que me dice el de Vox que eres tú el que no deja a Franco darse un beso con ellos. No, Franco el dictador no, eso lo lleva el nuncio con Carmen Calvo. Franco, la señora naranja de aquí, la tuya, vamos. Ah, que no sabes quién es la señora Franco. ¿Pero tú no eres el jefe de los liberales de Europa? Pues eso, Rivera te lo consulta todo. Ah, que no te consulta. Pues el de Vox me dice que sí, que eres tú el que manda. Mira, me ha dicho: ‘la culpa de que no haya gobierno en Murcia es del eje París-Madrid’, espera que lo tengo grabado. Mira, te lo pongo.

¿Lo has oído, mamón, digo Macron? No hombre, no te quería insultar, es que se me pega el estilo de mis socios. Que no, que a mí me da igual cómo te lleves tú con Rivera, lo que quiero es seguir siendo presidente de Murcia. Venga, hombre, Macron, deja que la señora Franco pacte con Vox. Total, a ti qué mas te da, si a lo mejor ni sabes dónde cae Cartagena…

Si al menos viviera Gila podría sacarle punta a la sarta de bobadas, de inventos, de cuentos chinos, que venimos escuchando toda esta semana.

Los de Vox en Murcia tumbaron la investidura de López Miras, PP, echándole la culpa al eje París-Madrid y proclamando las ganas que tienen de que todo se arregle pronto. O traducido, que tumban la investidura a sabiendas de que puede haber otro intento antes de que en septiembre haya que poner de nuevo urnas.Aquí todos los estrategas se han estudiado los estatutos y los calendarios. Estamos invadidos de estrategas de la señorita Pepis encantados de haberse conocido.

Ahora contemos la verdad: la pareja que de verdad manda en Vox, que es Monasterio-Espinosa de los Monteros, optó por dinamitar el acuerdo con el PP para vengarse porque les tangaron con las concejalías del ayuntamiento de Madrid. Lo que ha hecho Vox es desquitarse en Murcia por lo de Madrid. Vengarse de Rivera por beneficiarse de ellos mientras los desprecia y de Casado por haberles timado en el ayuntamiento. Han tumbado Murcia y van a tumbar lo de Díaz Ayuso en Madrid. La señora Monasterio le ha cortado la luz y prepara ya el deshaucio.

Sale desangrado de la arena el murciano García Egea, número dos del PP, porque ahora al que le han tangado es a él. Él negociaba con Abascal, que había bendecido el pacto murciano desde su relajada tumbona veraniega, mientras Espinosa y Monasterio lo reventaban.

Pues si no lo sabe usted, que son sus socios. Cinco horas estuvo Egea dándole a Vox lo que éste quería en Murcia y convenciendo a Ciudadanos para que se sentara con ellos. Pero…como en el ayuntamiento de Madrid no le han dado a Vox las concejalías que exigía, se fue todo a tomar viento.

Cómo de enfurecido estará Egea con sus socios de Vox (que lo son en Andalucía, en la ciudad de Madrid, en muchos ayuntamientos) para calificarles anoche, después de meses negándose (decía) a ponerles etiquetas, de ultraderecha y cobardes.

Argumentarios de saldo. Reversibles. Hoy digo una cosa y mañana digo la contraria. Nos toman por bobos. Por bobos desmemoriados.

Pedro En Funciones Sánchez dio anoche su primera entrevista desde las elecciones generales. Ni una entrevista había dado en dos meses, ríete tú del plasma de Rajoy. Y ante Pedro Piqueras en Telecinco mostró el proceso de marianización acelerada que ha sufrido. Quiénle ha visto y quién le ve. Ahora afirma como si fuera una verdad incuestionable, y como si fuera Rajoy, que ganar las elecciones significa que la mayoría de los votantes te quiere de presidente a ti. Ahora ya invoca, para Murcia, para Madrid, para sí mismo, el respeto a la lista más votada. Usted perdone pero manda huevos.

Sánchez se inventa cosas que no existen. No es verdad que la mayoría de los madrileños haya dicho que quiere de presidente a Gabilondo. Si así fuera, Gabilondo habría sacado mayoría absoluta. No es verdad que en todas las elecciones celebradas los españoles hayan dicho que tiene que gobernar Sánchez. Los españoles le han dado 123 diputados y al resto de los partidos (y al resto de los candidatos) les han dado 227. Él es el más votado y por eso le ha propuesto el rey para que lo intente, pero ni tiene la mayoría de los votos, ni tiene la mayoría de los escaños, ni tiene la presidencia automática por haber ganado.

Escuchar a Sánchez invocar la lista más votada produce tanto embarazo como escuchar a Casado y Egea reclamar que no gobierne el PSOE allí donde ha ganado.

¿En Navarra hay que dar el gobierno a UPN dado que, según la doctrina Peter la mayoría de los navarros han dicho que gobierne? Pues no. En Navarra todo cambia. En Navarra le parece bien a Sánchez que su partido intente un gobierno de los que no han ganado.

Marianización acelerada. Y despedrización interesada. No queda un solo asunto en el que este presidente no haya abjurado de todo lo que defendía cuando era Simplemente Pedro, Just Peter.

La coartada para no darle ministerios a Pablo Iglesias es Cataluña. La autodeterminación, vaya por dios. Porque Podemos tiene una posición distinta a la suya y eso lo complica todo. Ayer la razón era que no suman mayoría absoluta, anteayer que sería como si hubiera dos gobiernos, cada día una razón para que nadie se aburra. Con razón dice Pablo Iglesias, ¿cómo era?

Eso es. Empezando por el propio Pablo. En resumen, que no aportan novedad alguna ni el uno ni el otro y que proclama Sánchez lo terriblemente negativo para España que sería tener un gobierno que descansara, ojo al verbo, sobre los indepen-dentistas.

Le tomamos la palabra al presidente, aunque la palabra de Sánchez valga lo que vale. Porque si tan negativo para todos es que los independentistas tengan la llave, ahora y cuando ya esté en marcha un gobierno, no le queda otra que alcanzar un pacto de legislatura, estable, para cuatro años, con partidos que sumen mayoría absoluta en la cámara y que no sean independentistas. Es decir, lo que hasta ahora no ha hecho. Que su gobierno, en el día a día, descanse o no sobre los independentistas lo decide él. Depende de él. Ya gobernó nueve meses apoyándose en los independentistas y no le pareció tan espantoso hasta que pasó lo del relator, hasta que empezó el juicio del Supremo y hasta que los indepes le tiraron atrás los Presupuestos. La fama de veleta la tiene, por méritos propios, Albert Rivera. Pero Sánchez podría escribir una tesis doctoral sobre la materia.