Víspera de San Fermín. Y sin chupinazo en Pamplona. Otra vez. No podremos cantar victoria sobre el coronavirus hasta que no vuelva a sonar el ¡Pamploneses, viva San Fermín! desde el balcón del ayuntamiento. Y eso tendrá que ser ya el año que viene, 2022.
"Sin chupinazo en Pamplona. Otra vez"
El alcalde, Enrique Maya, anunció a finales de abril que tampoco este año habría sanfermines y lo hizo anticipándose al riesgo que suponían concentraciones las multitudinarias y con la determinación de no repetir los errores del verano pasado. Estos seis días que llevamos de julio han venido a confirmar que ese riesgo es alto, más aún entre la población de menos de treinta años. Es decir, la que aún no está vacunada.
Desde las seis de la mañana estamos subrayando que el empeoramiento de los indicadores que viene produciéndose desde hace dos semanas ha cogido velocidad y amenaza con convertir la epidemia, otra vez, en un quebradero de cabeza para los médicos y enfermeras de la atención primaria y para las autoridades sanitarias. Además de para miles de familias obligadas a guardar cuarentena porque tienen algún positivo en casa. Con la consecuencia, también indeseada, de que los números oficiales los tienen presentes los gobiernos de los demás países a la hora de hacer recomendaciones, o disuadir de elegir determinados destinos, a sus nacionales y los turistas que aún no hayan decidido a dónde viajan.
Navarra es la comunidad que experimenta un empeoramiento más rápido de sus indicadores. Frente a la media nacional de incidencia, que está en los doscientos cuatro casos, Navarra presenta doscientos cuarenta y dos. El viernes estaba en poco más de cien. Hoy está a la par de Castilla y León y sólo por detrás de Cantabria y Cataluña, única comunidad que supera los cuatrocientos casos y donde el deterioro también se está acelerando. Como ayer dijo la consejera de Salud de Navarra, Santos Indurain, el crecimiento está siendo explosivo.
En lo que hace a la población veinteañera, los números bastante peores que la media nacional: el triple de contagios con carácter general, con Cataluña disparándose hasta los casi 1.600 casos por cien mil. Los gobernantes alternan los mensajes de comprensión a los jóvenes que están deseando juntarse con otros jóvenes parta disfrutar del verano con el toque de atención por el riesgo que una expansión de los contagios juveniles genera sobre el resto de la población, con más de un 50% de los españoles aún no vacunados.
Éste es el atenuante que cabe poner al acelerón de los contagios: que al ser jóvenes la mayoría de los nuevos infectados, el número de ingresos hospitalarios es bajo. Las camas ocupadas por pacientes de Covid no llegan al dos y medio por ciento.
Con todo, hay gobiernos autonómicos que ya están revisando decisiones. Navarra adelanta la hora de cierre de las discotecas. Cataluña anunciará hoy qué cambios introduce. El País Vasco lo hará mañana. Extremadura ha confinado perimetralmente dos municipios y en Cantabria se ha cerrado el ocio nocturno en varios municipios costeros. Aunque el presidente de Cantabria parece empeñado en quitarle importancia a la mala evolución que presenta su región.
Esta vez nadie está mirando a Madrid como bomba vírica
Esta vez nadie está mirando a Madrid como bomba vírica. Miguel Ángel Revilla, que en marzo distinguía a la comunidad madrileña con sus alertas sobre la explosión de contagios, ahora alega que la situación es muy homogénea en toda España. Hombre, homogénea, homogénea no es. ¿Cantabria? 304 casos por cien mil. ¿Madrid? 110. ¿Veinteañeros en Cantabria? Mil cuatrocientos casos por cien mil. ¿Madrid? 276. Una cosa es que el verano pasado no hubiera vacunas y otra que haya que despachar con ligereza lo que está sucediendo ahora. El ministro de Universidades dijo ayer en este programa que en el nuevo curso las facultades deberán estar preparadas por si hubiera que cerrar.
Los ministros y ministras preguntándose ¿seré yo el defenestrado, maestro, seré yo?
Al Consejo de Ministros de esta mañana, con los ministros y ministras preguntándose ¿seré yo el defenestrado, maestro, seré yo?, van tres asuntos muy relevantes. (Y no va la remodelación del gabinete, que eso lo anunciará el presidente cuando menos lo esperemos y sin consultarlo más que con su libreta azul y su gurú de cabecera).
Para hoy, la ministra Montero, Irene, lleva el proyecto definitivo de la ley de libertades sexuales (que ella misma rebautizó como del sólo sí). Es definitivo como proyecto, ya veremos qué enmiendas se le introducen en la tramitación parlamentaria. Lo más conocido del texto, se lo recuerdo, es que se cambie el código penal para que lo que hoy se llama abuso sexual se llame agresión y tenga más castigo.
El ministro Escrivá lleva al Consejo la reforma de las pensiones, episodio primero. En el que no se incluye nada que afecte a los baby boomers. O nada que les afecte especialmente, porque les afecta ----como a todos---- que la jubilación tenga que ser a los 67 años, con penalización para quien se jubile antes y premio para el que se estire.
Y el ministro Iceta lleva el acuerdo que firmó ayer con los sindicatos de la función pública. O dicho de otro modo, el procedimiento que se usará para cumplir con la sentencia europea que obliga a convertir en indefinidos a los interinos que lleven tres años enlazando contratos.
Se convocarán concursos para estas trescientas mil plazas y la experiencia en el puesto pesará un 40%. Quienes no superen el examen y pierdan su empleo serán indemnizados con veinte días por año trabajado, es decir, como si fuera un despido procedente.