El viernes, en este programa, escuchamos a Irene Maximovic, ciudadana de Ucrania que intentaba llegar a un lugar seguro desde Kriviy Rih. En su coche, con su padre de ochenta años y sus dos hijos, de veinte y quince.
Temían encontrarse con controles militares, con tropas rusas. O quedarse sin combustible antes de alcanzar la parte occidental del país, que presupone más segura. Si usted escuchó su testimonio se habrá preguntado, quizá, qué fue de Irene y de su familia. Consiguió llegar a Jemelnitski, una ciudad industrial seiscientos kilómetros al oeste. Desde allí nos lo ha contado.
El viernes, en este programa, escuchamos a Olena Bratel, madre de dos niños pequeños que había pasado la noche en el sótano de una escuela. Nos contó que intentaba transmitir seguridad a los críos, aunque ella misma temía que en cualquier momento un misil ruso les cayera cerca. Olena consiguió salir este fin de semana de Kiev con sus hijos y llegar hasta una pequeña aldea. Desde allí nos lo ha contado.
El viernes, en este programa, escuchamos a Oleg Bazilewicz, hasta el jueves escritor, guionista, intérprete. Desde el jueves, teniente del Ejército de Ucrania movilizado para hacer frente a los rusos. Empezó ocupándose de organizar el alistamiento de jóvenes en un centro de reclutamiento, pero el avance de las tropas en torno a Kiev le ha llevado a integrar un batallón de defensa de la ciudad. Desde el cuartel donde hacen noche nos lo ha contado.
Son ucranianos defendiendo su país. Que es tanto como decir ucranianos defendiendo a sus familias. Defendiendo su derecho a elegir cómo de cerca de Europa debe estar Ucrania y cómo de lejos de Rusia, que ya se ha visto lo que quiere hacer con ellos. En el quinto día de guerra, Kiev sigue siendo la sede del gobierno legítimo de Ucrania, allí está el presidente Zelenski y la cúpula del Ejército. Sostiene el gobierno ucraniano que Járkov, la segunda ciudad del país, ha permanece también bajo control del ejército del país, frenados los rusos en su intento de hacer caer ambas capitales en las primeras cuarenta y ocho horas de asalto.
El viernes Ucrania reclamaba a sus aliados europeos que hicieran algo más que anunciar sanciones comerciales a dirigentes, diputados o empresarios afines a Putin. Escuchamos aquí al representante diplomático de Ucrania en España pidiendo material para hacer frente a los rusos. Material de defensa. Que significa tanto chalecos antibalas como lanzacohetes. Este fin de semana, la Unión Europea ha cambiado. Vencidas las reservas a involucrarse directamente en el abastecimiento de armas a Ucrania, los gobiernos de los Veintisiete hacen historia al destinar fondos europeos a la compra y envío de material de guerra a un país atacado e invadido. Cae un tabú, como dijo anoche Borrell.
Putin presume de no haber perdido nunca una guerra
No le hemos declarado la guerra a Rusia, pero esto de ayer es seguramente lo más parecido que vamos a ver a eso. Cierre del espacio aéreo a todos los vuelos rusos, comerciales y privados. Ya no pueden sobrevolar nuestro suelo. Expulsión de Rusia del sistema swift para las transferencias bancarias. Prohibición de emitir en Europa a los medios que controla el Kremlin, Russia Today y Sputnik.
La peste y la guerra. Que de momento es guerra convencional, aérea, terrestre, de propaganda, y que habrá que confiar en que no se convierta en guerra nuclear, por más que Putin haya dado ya el paso de poner su armamento atómico en estado de alerta de combate.
Putin presume de no haber perdido nunca una guerra y su ejército frena y retrocede cuando no le queda más remedio pero luego embiste de nuevo.
En Kiev, donde el viernes parecía que la caída en manos rusas era cuestión de horas, se ha llegado al lunes con el gobierno y el presidente Zelenski en su sitio.
Alemania se rearma por la amenaza rusa a Europa
Una de las diferencias notables entre la política española y la alemana es que allí se reúne el Parlamento un domingo cuando la guerra que amenaza a Europa es un hecho y comparece el primer ministro para anunciar a la Cámara las decisiones que ha tomado su gobierno. Esto es lo que ayer hizo el señor Scholz: informar a los representantes del pueblo alemán del cambio radical en su relación con Rusia. Pie en pared. Envío de antimisiles a las fuerzas ucranianas, apoyo a la exclusión de Rusia de todo el comercio europeo y, consecuencia de la amenaza que se ha hecho efectiva, cambio en la política de Defensa de Alemania. El canciller anuncia incremento del presupuesto y compra de aviones y vehículos militares. Alemania se rearma.
Como diría Borrell, también este tabú ha caído. Alemania se rearma por la amenaza rusa a Europa.
En España, donde el Congreso espera al miércoles para escuchar por primera vez al presidente dirigirse a la Cámara para explicarles lo de Ucrania, todo lo más que hemos tenido es el discurso que tenía que hacer Sánchez anoche en la inauguración de la Feria de Dispositivos Electrónicos de Barcelona. Ya que tenía que hablar, metió una referencia a la guerra europea.
Putin ahora ya es un sátrapa en la terminología voluble que maneja el Palacio de la Moncloa
Putin ahora ya es un sátrapa en la terminología variable que maneja el Palacio de la Moncloa. El discurso de Sánchez fue flojito, frío y poco trabajado. Más aún, teniendo en cuenta que acababa de hablar con el presidente ucraniano, al pie del cañón y con la ciudad sitiada. Tuvo más empaque el discurso del rey Felipe.