El 30 de agosto del año pasado, en el primer día de esta temporada radiofónica, estábamos emitiendo este programa desde la base de Torrejón, puerta de entrada de los refugiados afganos que venían a España a hacer aquí su vida, desplazados cuando los talibán tomaron el poder en su país.
Quién nos iba a decir que sólo seis meses después estaríamos contando la llegada a nuestro país de varios miles de ciudadanos del Este de Europa, ucranianos que abandonaron con lo puesto su país, bombardeado por Rusia, asediadas sus ciudades, atacados sus barrios.
Quién nos iba a decir que sólo seis meses después estaríamos contando la llegada a nuestro país de varios miles de ciudadanos del Este de Europa, ucranianos
Quién nos iba a decir que, seis meses después, estaríamos saludándoles desde el centro que el Ministerio de Inclusión ha habilitado en un edificio de la Seguridad Social en Pozuelo de Alarcón como puerta de entrada de los expatriados ucranianos víctimas de una invasión militar (expatriadas, sobre todo, madres con sus hijos menores porque los hombres ---casi todos--- se han quedado en su país resistiendo la embestida rusa).
Evacuación de refugiados por todos los medios de transporte conocidos
Si entonces, cuando Afganistán, apenas se pudo hacer una evacuación contra reloj, con aviones de carga y temiendo el ataque de los talibán, esta vez la evacuación carece de límite y está haciendo por todos los medios de transporte conocidos. No hay límite porque la Unión Europea acepta a todos los desplazados que vengan.
Hasta España están llegando en autocares enviados por las ONG, en vehículos particulares que hacen tres mil kilómetros de ida y tres mil de vuelta, en tren (este fin de semana en Alicante) o en vuelos organizados por asociaciones y organizaciones humanitarias, como Open Arms.
A este centro de Pozuelo hemos venido con intención de escuchar. Y de aprender. Cómo cambia la vida en un momento y cómo afrontan ese cambio quienes han tenido que salir de su país a la carrera
A este centro de Pozuelo hemos venido con intención no de hablar sino de escuchar. Y de aprender. Cómo cambia la vida en un momento y cómo afrontan ese cambio quienes tienen la desgracia de haber tenido que salir apresuradamente de su casa, su ciudad, su país a la carrera.
Antes de empezar a recorrer este lugar, para que ustedes lo vean, les cuento que, en lo que hace al escenario de la guerra, la novedad de ayer fue el bombardeo ruso a una base militar en el oeste de Ucrania. Tan al oeste que está a sólo 25 kilómetros de Polonia, es decir, de la OTAN. En esta base se recibía el material militar que aportan (o aportamos) terceros países y se estaba dando instrucción para el combate a extranjeros que han acudido a sumarse a la resistencia.
En Antena 3 habló Pilar Cebrían anoche con uno de ellos. Un español que pidió ocultar su rostro y que su voz se distorsionara.
Rusia informó de 180 muertos, mercenarios extranjeros, dijo. El portavoz de las Fuerzas Armadas estadounidenses, John Kirby, entiende que con este ataque Rusia amplía sus objetivos militares y lleva la guerra hasta la parte más occidental de Ucrania, pero insiste en que salvo que haya ataque contra un país OTAN, la Alianza no va a responder.
Con este ataque Rusia amplía sus objetivos militares y lleva la guerra hasta la parte más occidental de Ucrania
En el este del país, la situación de Mariúpol, un día más sin suministros y sin evacuación posible, es desesperada. Como lo es en Irpin, afueras de Kiev, donde un periodista estadounidense, Brent Renaud, fue alcanzado en el cuello por un disparo en un check point y resultó muerto. Lo contó otro periodista que le acompañaba, Juan Arredondo.
Los presidentes autonómicos cierran filas con Sánchez
En España, los presidentes autonómicos cerraron ayer filas con Sánchez en su demanda a la Unión Europea para que cambie los precios de la energía y aplaudieron, con diferente grado de satisfacción, el anuncio del presidente de que habrá nuevas bajadas de impuestos.
Muy satisfechos los presidentes socialistas, bastante menos los del PP, que le reprochan a Sánchez que no concrete.