Oyentes de Cataluña, en capilla ante una nueva campaña electoral, que dice el gobierno autonómico que de lo dicho, nada. Que os olvidéis de decirle al mosso de esquadra cuando os pare en el control de confinamiento que vais a un mitin porque ha dejado de ser actividad esencial. De un día para otro.
Tiene el gobierno catalán una empanada con esto de las restricciones,la salud y la campaña que no es normal. Ahora os insta a los ciudadanos a que no os mováis de vuestro municipio. E insta a los partidos a que restrinjan los mítines presenciales. Dices: ¿pero los partidos no son ellos? Sí, en concreto dos: Esquerra y Junts per Cataluña. Dos, a la gresca. Un día te dicen que hay que salvar los mítines porque la democracia lo requiere, al día siguiente te animan a que mejor no vayas. Y aún lo llaman sentido común. Parece un plan premeditado para volvernos a todos locos.
Comienza esta medianoche la campaña electoral. Con la epidemia en niveles de contagio y hospitalizaciones muy graves, pero con la incidencia ya decreciendo en Cataluña. Una semana de descenso lento pero constante. Las UCIs siguen con una ocupación muy superior a la habitual pero también bajando. De modo que hay cada vez menos dudas de que las elecciones se celebrarán, en efecto, el domingo 14.
El panorama general de España es el de una emergencia sanitaria y los datos, una jornada más, así lo reflejan. Otras trescientas personas fallecerán hoy por el coronavirus. La media diaria de fallecimientos sigue subiendo. Un país con 900 casos por cien habitantes (cuando el umbral del riesgo extremo es de 250) es un país en emergencia nacional, por más que el gobierno esté eludiendo la cuestión en sus discursos, sus comparecencias y sus traspasos de carteras. Y como les he contado cada mañana de esta semana, que la situación sea de gravedad máxima no contradice que algún elemento positivo vaya aflorando en los números. Hoy ya puede afirmarse que la desaceleración de los contagios es un hecho. Y que aunque la incidencia acumulada la tengamos en 900 casos, en los próximos días vayamos a ver, por fin, cómo baja.
Por cierto, despida ya el gobierno de una vez a Salvador Illa porque llevan haciéndole actos de despedida desde hace una semana. Incluso él, tan flemático, va a acabar incomodándose con tanto exceso de homenaje. Nunca nadie se había despedido tanto: en la historia reciente están los casos de Antoñete, Miguel Ríos y Salvador Illa.
En un país en emergencia sanitaria, el plan de vacunación se atranca.
Las neveras vacías, que dijo ayer el director del Instituto Catalán de Salud. Los gobiernos de Cataluña y Madrid paran la vacunación porque los viales que les quedan son para la segunda dosis de los ya vacunados. El calendario de vacunación se trastoca y el plan que diseñó el gobierno central hace agua. ¿La razón? Que las farmacéuticas Pfizer y AstraZéneca se están demorando en las entregas.
Con AstraZeneca ha abierto una guerra la comisión europea. Es la ministra de Sanidad de la Unión, la Carolina Darias europea, señora Kyriakides, quien abiertamente ha sugerido que la empresa miente cuando alega que los retrasos de deben a problemas en la producción. Y también cuando afirma que el compromiso firmado es hacer todo lo posible por proveer la mayor cantidad de dosis cuanto antes, no cantidades concretas. Y también cuando dice que el contrato con el Reino Unido es anterior al de la Unión Europea.
El gobierno europeo mete presión a la empresa para que entregue las dosis comprometidas recurriendo, si hace falta, a las que fabrica en el Reino Unido. Desde Bruselas lo que se está aireando es que vacunas fabricadas en Bélgica acaban en países que no son de la Unión y que las fabricadas en el Reino Unido no están saliendo de aquel país porque el gobierno lo impide. Es decir, la sospecha de que lo que se fabrica en territorio británico se lo quedan los británicos, lo que se fabrica en Estados Unidos se lo quedan los estadounidenses y lo que se fabrica en Europa acaba en cualquier sitio menos en en Europa. Por decirlo en términos coloquiales, lo que está consiguiendo la comisaria europea es que pensemos que AstraZeneca nos está tangando, que se chotea de la comisión europea. Y lo más terrible de la sospecha de es que pueda ser cierto.
El gobierno de España sobre esto de los contratos europeos y sus cláusulas secretas tampoco dice ni media.
El Hemiciclo del Congreso vuelve hoy a la vida. Celebra su primer pleno desde el 17 de diciembre. Y porque no le queda otra, porque si no convalida los decretos que aprobó el gobierno éstos caducan. El papel más frecuente del Congreso desde que Sánchez gobierna es convalidarle los decretos. Y ni siquiera en tercera ola, con emergencia sanitaria y el plan de vacunación haciendo agua, se altera el reglamento de la cámara que dice que en enero no hay plenos salvo circunstancias extraordinarias.
A Podemos, por ejemplo, no le parece oportuno que haya pleno la semana que viene, porque estamos en tercera ola y hay que restringir al máximo los plenos.
Como hay epidemia, para qué hacer plenos del Congreso que no hacen falta. Total, fue el Congreso quien le dio al gobierno carta blanca para hacer lo que desee hasta el mes de mayo.
Pero este pleno de hoy sí lo celebra Podemos. Y el PSOE. Porque en éste de hoy, aprovechando que tenía que hacerse para convalidar decretos, han incluido el acelerón a la reforma legal para neutralizar al Consejo del Poder Judicial: cambiar la ley para que un Consejo pendiente de renovación no pueda hacer nombramientos de presidentes de Salas y tribunales. Ésta es la urgencia para los grupos parlamentarios del gobierno. Que hoy darán un paso más en su empeño por impedir que el Consejo nombre a nadie mientras los vocales del Consejo, también en pleno, proceden a hacer otros siete nombramientos. Para pulso institucional, el que se traen desde hace meses el C-G-P-J y el gobierno.
Hay urgencia para átale de manos, no así para cambiar las normas de la renovación. Sobre ese asunto Sánchez corrió un tupido velo. Y tan tupido. Hace más de un mes que nadie del gobierno le reprocha a Casado que siga bloqueando la renovación de los vocales. Lo que afianza la teoría de que Sánchez y Casado tienen pactado proceder a la renovación cuando pasen las elecciones catalanas. El acuerdo de los cromos, con nombres puestos, está hecho.