Pedro Sánchez contra Florentino Pérez. Este duelo al sol aún no lo habíamos visto.Pero ya ha empezado. Flojito, sin hacerse daño (todavía). El presidente del gobierno ha hecho saber que se opone al proyecto que lidera el presidente el Real Madrid (y de la constructora ACS y de más cosas): la Superliga europea, esta idea de juntar veinte clubes de fútbol que compiten en las mejores ligas nacionales de Europa y montar con ellos una Liga supranacional que conviva con las locales y vacíe de contenido la Champions de ahora.
"Superliga o extinción"
Es una especie de brexit futbolístico: los clubes proclaman su decisión de recuperar el control, como diría Boris Johnson; emanciparse de la UEFA y organizarse entre ellos para ganar autonomía y relanzar la competición en condiciones más favorables para esos clubes, los grandes de Europa y los que más dinero invierten cada año: sus accionistas y sus socios. Sostuvo Florentino Pérez, anoche en El Chiringuito, que el fútbol está herido de muerte y éste va a ser su salvavidas.
La Superliga es una especie de brexit futbolístico: los clubes buscan organizarse entre ellos para ganar autonomía
Arruinados por la pandemia y porque, según Pérez, los jóvenes han perdido interés por el fútbol en este tiempo de juegos online y redes sociales. El rediseño de la Champions, que la UEFA presenta como mejor salida, no le vale. Muertos y en la ruina, el horizonte que describe el presidente del Madrid es apocalíptico. Superliga o extinción.
Ayer contábamos a esta hora que habían tomado postura en contra de la Superliga los gobiernos de Francia y el Reino Unido, Macron y Johnson. Con palabras gruesas como elitismo o golpe a la solidaridad. Luego salió la UEFA, el señor Ceferin, que añadió a la lista egoismo y avaricia.
Expresiones que también han hecho suyas, en España, Javier Tebas y Luis Rubiales, Liga Profesional y Federación Española de Fútbol (la Superliga hace extraños compañeros de cama). Sánchez ha sido mucho más tibio. De hecho, él, de viva voz, no ha dicho nada. Despachó ayer el asunto con un comunicado en el que dice no respaldar el proyecto del Madrid, Barça y Atleti porque ha sido propuesto sin contar con las organizaciones que representan al deporte, o sea, un rechazo flojito, sin entrar al fondo del asunto, y con una apelación al diálogo ---diáaaalogo, como diría Zapatero, tan dado a prolongar las vocales--- que le compromete poco.
"Que lo arreglen entre ellos y que no salpique"
El ministro de Deportes, señor Rodríguez Uribes, inédito en materia futbolística, ha sido aún más light: "Quiero escuchar a todos, quiero conocer los pros y contras". Escuchar los pros y contras. Eso es que algún pro está dispuesto a verle a la Superliga.
Aún más inédito que el ministro está el secretario de Estado, presidente del Consejo Superior de Deportes, José Manuel Franco, que lleva en el cargo diez minutos, como quien dicen, recién aterrizado en el puesto tras verse evacuado de la delegación del gobierno en Madrid y ninguneado por Sánchez en la campaña electoral madrileña. Ambos predican el entendimiento entre los tres clubes promotores, la Liga, la Federación, la UEFA y la FIFA.
El ministro de Deportes, Uribes, corre el riesgo de convertirse en el más conocido del gabinete
No han llegado a convocar una mesa de diálogo, o una sesión de la Asamblea de la ONU, pero ésa es la idea. Que lo arreglen entre ellos y que no salpique. No es un asunto cualquiera, señora, ¡es el fútbol! Póngase en la piel de este ministro: corre el riesgo de convertirse en el más conocido del gabinete. Justo lo contrario que ahora. Según el CIS, al 70% de los españoles les dices Rodríguez Uribes y no saben por dónde sopla el viento. Es más conocida Ione Belarra...
"El CIS no le ha parecido mal, esta vez, al Partido Popular"
El CIS de Tezanos no le ha parecido mal, esta vez, al Partido Popular. Revitalizado con casi tres puntitos más que el barómetro anterior y alcanzando el 20% de los votos, que es lo que obtuvo en las elecciones generales de 2019. No parece que la ligera remonta de para proclamar que hay un cambio de ciclo político en España pero justo eso es lo que ha hecho Pablo Casado. Total, decirlo es gratis.
Según el CIS, el 86% de los españoles considera que nuestra situación económica es mala o muy mala. Buena sólo la ve el 5,3%, entre los que no se encuentra ni siquiera Calviño. Pero eso es la situación del país. Porque cuando se pregunta cómo es su situación económica personal, la suya, el 60% dice que buena. O el destrozo económico de la pandemia no se ha contagiado a los hogares, o es que nos cuesta reconocer ante el encuestador que bien no lo estamos pasando.
El verano se abre camino como última meta volante antes de dejar atrás la pesadilla del coronavirus
El verano se abre camino como última meta volante antes de dejar atrás la pesadilla del coronavirus. Para el otoño confían autoridades y farmacéuticas en que podamos recuperar nuestra vida de antes. Añorando a los que ya no están, arrastrando las secuelas de lo que nos ha pasado, pero pudiendo despedir la mascarilla y las limitaciones que hoy todavía trastornan nuestra vida cotidiana. Por delante de nosotros van países donde todo eso va llegando. Hemos visto ya en Israel a los grupos en la calle sin mascarilla. En Estados Unidos empiezan a convocar ya para vacunarse a los adolescentes de dieciséis años.
Nueva estrategia de vacunación
La nueva estrategia, a la que en breve se sumará España, es ponerle la primera dosis a todo el mundo y dejar para más adelante la segunda. Se ha demostrado eficaz en el Reino Unido, lo han propuesto varios gobiernos autonómicos y ha hecho suya la propuesta la ministra Darias.
Los últimos datos de incidencia en España son alentadores. Ha subido hasta los 230 la media de los últimos catorce días, pero se explica ---la subida--- porque dejan de contar para esa media los días festivos de Semana Santa, cuando la notificación de casos era incompleta. La epidemia da signos de estar estabilizada y Navarra ve bajar, por fin, su incidencia.
El temor a una cuarta ola parecida a la de navidades definitivamente se aleja. A veces las buenas noticias sí son noticia.