Ni veinticuatro horas han necesitado. Ni medio estudio sociológico. Ni siquiera un sondeo pequeñito, qué te digo yo, a los votantes. Diez minutos después de cerrarse el escrutinio, los dirigentes de los partidos ya eran capaces de diseccionar, con precisión de cirujano, las razones por las que los votantes o les habían votado a ellos o habían dejado de votarles.
Para el portavoz de Podemos, por ejemplo, ¿lo ve?, el problema ha sido la abstención. Lo cual es sorprendente teniendo en cuenta que la coordinadora de campaña de Podemos se felicitó en la noche electoral justo de lo contrario.
Celebrando el incremento de la participación el domingo a la noche para echarle la culpa a la abstención el lunes a la mañana. Dieciocho puntos más alta la participación que en 2020 y Podemos ni se estrenó. Aunque a la dirigencia morada le cueste asumirlo, que mucha gente vaya a votar no significa que te vayan a votar a ti. Y desde luego no significa que todos los que se han quedado en su casa resulta que eran los de tu cuerda. Perezosos, pero de tu cuerda.
Sí, ya sé, es más fácil buscar explicaciones cuando ganas que cuando te pegas un leñazo. Si ganas puedes decir que conoces mejor que nadie el terreno, que eres el partido que más se parece a los votantes, que hiciste una estupenda campaña, en fin, los clásicos. Ahí está Alfonso Rueda, presidente que se ha revalidado a sí mismo en las urnas y cuya primera decisión, por cierto, fue dejar plantado anoche al programa de radio al que se había comprometido a acudir, pronto empezamos con los incumplimientos, presidente Rueda, pronto ha aparcado usted La Brújula.
Si ganas lo tienes más fácil. Pero si pierdes, ah amigo, ahí a ver por dónde sales (para no reconocer la evidencia, que es que la mayoría de los votantes, puestos a elegir, prefieren a otro; u otra).
Mención especial hoy para el PSOE. Qué papeleta. La escasez de papeletas propias habiendo alimentado la expectativa de que fuera Feijóo quien se la pegara en su tierra.
Tiró de refrán (muy gallego) la portavoz socialista Peña. No sé yo si en tiempos de sequía es el refrán más pertinente. En tiempos de sequía electoral, me refiero. Para el PSOE el problema es que no llovió. Pero bueno, ya escampará (esto era muy de Aznar en sus tiempos, lo de la lluvia fina y el ya escampará).
El líder máximo de los socialistas reunió a su ejecutiva (que es muy suya), y a puerta cerrada, sin micrófonos, sin cámaras (es que ni siquiera hubo plasma en homenaje a Mariano), predicó como hechos probados lo que no pasan de ser hipótesis interesadas. ¿Qué nos ha pasado? Ah, pues nada, que Besteiro no ha tenido tiempo de darse a conocer. Le ha faltado tiempo. ¿Cuánto? Qué te digo yo, tres o cuatro años. Dígalo usted, portavoz del PSOE.
Claro, que Rueda adelantó las elecciones para dejar ignoto a Besteiro. Paréntesis, el CIS dice que a Besteiro lo conoce el noventa por ciento de los gallegos, pero es natural que de Tezanos ya no se fíe ni Sánchez.
Ya avisamos aquí, ministra, que no le comprara a Tezanos mercancía averiada. Nunca fue verdad que él acertara las encuestas electorales. Ni en julio ni ahora.
¿Entonces la explicación del naufragio socialista en Galicia? Que es Galicia. Que Besteiro aún tiene que cuajar. Va a ser eso. ¿Y la amnistía no puede ser que…? ¡No, hombre, no! La amnistía, cero influencia en los votantes. Ése es un tema madrileño. De la M-30, la fachosfera y la mascletá de Almeida. En realidad, preguntar si lo de la amnistía ha influido es una preguntar si ha influido lo de Sánchez. O sea, no la amnistía en concreto sin la forma de conducir el país de Sánchez. ¡Pero qué estás diciendo, hombre, que no, que no hay lectura estatal posible! Es Galicia, las cosas de Galicia, que está llena de gallegos. Dices: ya, pero es que esa misma pregunta, si no será Sánchez, es la que ya se plantearon los barones socialistas caídos en las autonómicas de mayo, que fueron casi todos. ¿No será ---se decía entonces--- que está siendo nocivo el efecto Sánchez? Y dale, que no. Qué manía con el anti-sanchismo fachosférico. Que esto no iba ni de Sánchez ni de amnistía.
Dices: pero si fuiste tú quien dijo que Feijóo se había pegado un tiro en el pie por confesar que durante unas horas estudió la amnistía. Si fue tu mitinero prime quien exprimió cuanto pudo lo de Feijóo y la desorientación que había provocado al electorado de derechas.
Muy distraídos no parece que hayan estado. 47% del voto. Mayor fidelidad a la marca PP no cabe. Cuánto gallego trumpista y fachosférico, dios santo.
Ha decretado el general secretario del PSOE que no hay lectura estatal posible. Y que lo que hay que hacer es consolidar liderazgos regionales que trasciendan la marca del PSOE. Por ejemplo, Diana Morant, que es menos conocida que Besteiro pero va a heredar el socialismo valenciano porque así lo ha decidido Sánchez (digo la militancia, en ausencia de ningún otro aspirante). En rigor, el liderazgo regional más consolidado que tiene el PSOE, y que trasciende la marca del PSOE es… García Page. El del extrarradio del partido, que dice Puente. Digamos que Page es el modelo que se busca pero siendo todo lo contrario de Page, o sea, a muerte con Ferraz y a muerte con Sánchez.
Page lo que vino a decir ayer es que la dirección no debería engañarse, que es una forma de decir que no debería intentar engañar a nadie. Que si hubiera sido Feijóo el naufragado estarían diciendo lo contrario de lo que ahora dicen.
Coherencia, pide, a una digestión electoral. Coherencia es hacerle desde Ferraz la autocrítica a Besteiro.
Un ciclón electoral, ¿para cuándo? En el calendario que viene hay unas elecciones en el País Vasco, pensemos que en abril, y unas europeas en junio. Sobre las primeras ya dijo ayer la portavoz socialista que serán también en clave muy territorial, o sea, y traduciendo, que las tienen perdidas frente al PNV y a Bildu, salir a perder empieza a ser un hábito. Sobre las segundas, las europeas, siempre podrá decir el que las pierda que no cabe hacer una lectura estatal de las elecciones europeas porque se vota pensando en cosas europeas, no en la amnistía o en Sánchez, que son temas, ya ha quedado claro, estrictamente madrileños.
Enternece la fastidiosa búsqueda de cataplasmas.
Que en Galicia se ha votado en clave territorial. Pues menos mal. Lo dicen desde Madrid como si lo único relevante en la España descentralizada, diversa y plural, fueran las elecciones generales. En clave territorial el PSOE carece de proyecto para Galicia. No sabe qué ofrecer a una de las tres nacionalidades históricas. No encuentra su sitio en la Andalucía que una vez fue su baluarte, no sale de la crisis en Aragón, o en Castilla y León, anda descabezado en Baleares, no levanta cabeza en Murcia y aguanta como puede en Madrid (Lobato no se decide ni a ser sanchista ni a ser disidente).
De tanto volcarse con Cataluña se le ha olvidado al PSOE ofrecer algo a Galicia. De tanto ocuparse de Cataluña (perdón, del independentismo en Cataluña), de tanto ocuparse de Navarra (perdón, de su relación con Bildu en Navarra) y de tanto ocuparse del País Vasco (perdón, de cómo homologar a Bildu como actor progresista en el Congreso mientras se promete no darle poder alguno en el País Vasco) el PSOE está desatendiendo al resto de España.
Pues nada. A esperar a que escampe. Están el PSOE y Sumar tranquilos porque el tortazo no ha sido por la amnistía.
Análisis exprés para salvar la amnistía. Si los votantes del PSOE se han ido al BNG ---los de Sumar no existen--- es que no están en contra de la amnistía. Mira qué bien. Y se han hecho todos de golpe soberanistas. Que igual es por aquí por donde debería empezar su análisis este partido: qué lleva a un votante del PSOE ---línea roja a la autodeterminación--- a preferir de pronto a un partido que lleva toda su vida reclamando justo eso, la autodeterminación.
Y por cierto, el debate sobre si los ciudadanos, gallegos y del resto de España, respaldan o no respaldan la amnistía de Sánchez lo puede resolver Sánchez hoy mismo. Sólo tiene que convocar una consulta popular. ¿Amnistía sí, amnistía no? Se hace el recuento y ahí tiene el veredicto.