OPINIÓN

Monólogo de Alsina: "El triunfalismo va por barrios"

Carlos Alsina reflexiona en su monólogo sobre las críticas del PP a las declaraciones triunfalistas del Gobierno por los buenos datos del paro que se conocieron ayer.

Carlos Alsina

Madrid | 05.01.2022 08:38

El segundo mejor día del año. Porque el primero es mañana, que es cuando se abren los regalos. El de hoy es el gran día de la víspera, cuando los Reyes Magos cruzan la frontera española, con su pasaporte en regla, su permiso en vigor para el transporte de mercancías, su PCR negativa y su mascarilla FFP2 con bordados de oro y se dejan ver simultáneamente en todas las ciudades y los pueblos del país.

Los Reyes Magos han vuelto

A unos sitios llegan en camello, a otros en caballo, a otros en carrozas eléctricas, tractores tuneados, barcos o helicópteros. Para demostrar que no sólo son reyes de carne y hueso, veteranísimos pero absolutamente reales (y regios), sino que han superado ---ellos también--- todos los obstáculos que este año sufre el transporte para cumplir con su compromiso de inundar de regalos España. Si aún queda algún negacionista de los Reyes Magos, que se asome esta tarde a las cabalgatas (estáticas o dinámicas) y tendrá que asumir que no hay discusión posible. Los Reyes han vuelto y la próxima madrugada nos dejarán a todos asombrados por su celeridad y su diligencia. Son los reyes del sector de la paquetería estos tres viejales.

Alberto Garzón vuelve a meterse en un charco cargando contra las macrogranjas

A Alberto Garzón, que es ministro, los Reyes le han echado este año lo que más le gusta, que es un charco. Otro charco, porque los colecciona. Para poder tirarse de cabeza, chapotear a gusto y poner perdido de barro al presidente. Lo de ahora es una entrevista en un periódico británico en la que hace un elogio de la ganadería extensiva de diversas regiones de España (hasta ahí, todo bien) y luego carga contra las macrogranjas: ‘encuentran un pueblo en la España despoblada, contaminan el suelo, contaminan el agua y exportan carne de mala calidad de animales maltratados’.

Volverá a humillarle en público despachando su declaración con una broma desdeñosa. Garzón no lo ha olvidado

Esto segundo se lo han tomado como una afrenta en el gobierno de Castilla y León, que es del PP, y en el gobierno aragonés, que es del PSOE. Lambán ha pedido a Sánchez que de deshaga de una vez del ministro de Consumo. ‘Es un insulto a la inteligencia que este señor siga de ministro’, ha dicho, con pocas esperanzas, imagino, de que el presidente se lo cargue. Todo lo más, volverá a humillarle en público despachando su declaración con una broma desdeñosa, como hizo cuando el chuletón, seguro que usted se acuerda (Garzón, desde luego, no lo ha olvidado).

Los contagios siguen al por mayor

Números y más números para empezar el año. De la ómicron qué quiere que le cuente que usted, a estas alturas, ya no sepa. Los contagios siguen al por mayor, arrastrando consigo hacia arriba el número de hospitalizados (que aunque sea bajo en comparación con otras olas, roza las trece mil personas) y disparando las bajas laborales. Ya hay un dato oficial del mes de diciembre: 240.000 bajas por Covid. Empresas y centros de trabajo teniendo que sacar adelante el trabajo con menos empleados.

El lunes que viene vuelven los alumnos a clase, como cofirmaron ayer el Gobierno y los gobiernos autonómicos. Y el problema no va a estar en los chavales, curtidos ya en las medidas sanitarias y muchos de ellos ya vacunados. El problema va a estar en las plantillas de profesores, afectadas ---como el resto de la sociedad--- de un número de infectados que ha de guardar cuarentena en casa nunca antes alcanzado.

La incidencia media del país sube a casi dos mil quinientos casos, como les venimos contando. Con el pico que sigue marcando Navarra ---qué tendrá Navarra--- y que afecta sobre todo a los veinteañeros: camino de los diez mil casos por cien mil en esta comunidad autónoma. Pero en medio de los datos abrumadores que ha traido consigo esta ola empieza a abrirse camino una pista sólida de que podamos estar en la antesala del descenso.

En medio de los datos abrumadores empieza a abrirse camino una pista sólida de que podamos estar en la antesala del descenso

¿Cuál? Pues la incidencia medida no a catorce días sino a siete, no de los últimos catorce días sino de los últimos siete. Éste es el indicador que mide los contagios más recientes, primero que baja antes de que empiece a bajar el resto. Y en éste hay bajada ya en Cataluña, Madrid, Andalucía o Castilla La Mancha y en lo que hace a la media nacional, aunque aún no baja el incremento ya es muy corto. Faltan las cabalgatas, los Reyes, el fin de semana próximo, pero es factible que en breve los números empiecen a darnos un respiro. Que falta hace porque están los médidos de la atención primaria asfixiados.

Baja el paro a niveles anteriores de la pandemia

La tendencia se mantiene. Y está bien que así sea. El paro suma otro mes de bajada y vuelve a donde estaba antes de que la pandemia nos atropellara. El secretario de Estado de Empleo, Pérez Rey, lo tenía ayer fácil para celebrar los datos y naturalmente, lo hizo. Es muy cierto que sigue habiendo tres millones cien mil españoles en el paro ---entre los que no está el ministro Garzón---, pero si en 2020, cuando estábamos en mitad de la tormenta, el país parado, confinado, cerrado, con el PIB cayendo un 11%, nos hubieran dicho que empezaríamos el 2022 con menos parados que antes de la pandemia nos habríamos dado con un canto en los dientes.

Como le gustaba decir a Rajoy cuando comentaba los datos del paro de 2012 o 2013, hay que tener siempre presente de dónde venimos y lo que nos ha pasado. Entonces era una crisis financiera que había puesto España al borde del rescate, hoy es una pandemia que provocó el peor escenario de parón productivo y hundimiento del turismo que cabía imaginar. De modo que volver a los niveles de empleo de comienzos de 2020 menos de dos años después es una muy buena noticia.

Será a partir de ahora cuando pueda medirse el éxito, o fracaso, de la política laboral del Gobierno

A la vez, habrá que señalar que precisamente porque ha habido dos años de situación excepcional (excepcionalmente mala) es por lo que resulta más difícil hacer comparaciones entre el paro que tenemos hoy ---tres millones cien mil personas--- y el que teníamos cuando empezó a gobernar Pedro Sánchez. O dicho de otra manera: si es ahora cuando volvemos a estar en la casilla de enero de 2020, superado el trance pandémico, será a partir de ahora cuando pueda medirse el éxito, o fracaso, de la política laboral del Gobierno. Que se ha puesto el listón alto, porque sostiene que ha cambiado todo lo que había que cambiar para acabar con la precariedad en la duración de los contratos, con la precariedad en los salarios y con la falta de empleo.

Es decir, que ahora ya sí que sí España debería abandonar el bochornoso lugar que siempre ocupa en las estadísticas de paro de la Unión Europea y empezar a ofrecer oportunidades al 30% de los jóvenes que están desempleados.

El triunfalismo descentralizado del PP

El Partido Popular, por boca de su portavoz parlamentaria Gamarra, admitió ayer que los datos no son malos aunque calificó de triunfalista la posición del Gobierno, antes incluso de que éste la manifestara.

Si lo del Gobierno le parece triunfalista a la señora Gamarra, qué no le habrá parecido esto de su compañero de partido, y presidente andaluz, Juanma Moreno: "El año 2021 ha sido el mejor año de la historia en creación de empleo en Andalucía".

El mejor año de la historia con pandemia y todo. El triunfalismo en el PP está descentralizado. Cómo habría sido de no haber tenido pandemia. Esto pasa mucho cuando sale el paro. Si baja, los barones autonómicos del partido opositor sacan pecho porque lo consideran mérito suyo. Mientras la dirección del partido carga contra el Gobierno por hacer justo lo mismo. Llevamos así varias décadas. Recordamos que los datos en que beben los unos y los otros son los mismos.