OPINIÓN

Monólogo de Alsina: "Unidad de quemados por el bono térmico"

Carlos Alsina reflexiona en su monólogo sobre la polémica surgida por el bono social térmico y el vicepresidente de Ayuso, Ossorio, y la líder de Más Madrid, Mónica García.

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El Gobierno anuncia cambios en los requisitos del bono social tras la polémica del vicepresidente de Ayuso

Carlos Alsina

Madrid | 16.03.2023 08:45

Se han puesto los banqueros europeos mirando a Suiza. Por lo del Credit Suisse. Que ha tenido que emitir un S.O.S. al Banco Central Suizo para que dé la cara por él en vista de la devaluación acelerada que sufrió ayer, casi un veinticinco por ciento de caída en la bolsa.

Desplome de Credit Suisse

Cuando los inversores huelen a muerto, salen pitando al grito de "tonto el último". Seguramente usted, como yo, no sigue atentamente cada día el estado de salud de cada uno de los grandes bancos europeos, pero ahora que éste anda tocado hemos aprendido, gracias a quienes sí lo siguen, que desde hace tres años arrastra averías de todo tipo y que sus malos resultados, y su baja rentabilidad, lo tenían todo el día entrando y saliendo del taller. Renqueaba. Si la confianza que genera es clave para cualquier banco, en uno que renquea marca la diferencia entre la UVI y la morgue.

¿Qué pasó ayer? Pues que al principal accionista del Credit Suisse, que es un banco saudí, le preguntaron en Bloomberg si en caso de que hubiera que ampliar capital estaría dispuesto a poner más.

La respuesta es por supuesto que no. Luego explicó que es por la regulación, que les impide tener más del 10% del Credit, y dijo que los números están bien, que no necesita más capital, y que están contentos con el plan que presentó la dirección, y que es un banco fuerte… pero ya nadie escuchaba porque el personal inversor se había quedado con el por supuesto que no. A partir de ahí, hundimiento en la bolsa, crisis total y temblor de piernas. Por más esfuerzo en sofocar el fuego que hizo el consejero delegado, señor Koerner, en otra entrevista de televisión.

El auditor PWC no ha puesto objeciones, nuestro capital y nuestros fundamentales están ahí, estamos supervisados por la autoridad suiza (y lo que usted quiera). Cuando se huele la tormenta, ya da igual lo que digas.

El daño colateral que podría provocar Credit Suisse

El Banco Central Europeo ha instado a los bancos de la zona euro, incluidos los de España, que evalúen cómo les afectaría que el Credit Suisse fuera a peor. Cuánto daño colateral podría causar. Aunque el mensaje de todas las autoridades euro, incluido el presidente Sánchez, es éste que dice que las reglas que garantizan la solvencia y solidez de los bancos son firmes y que se han hecho cumplir, es decir, que ninguna semejanza cabe señalar entre estos episodios de ahora (que ojalá se queden sólo en episodios) y la crisis del año 2008.

La situación no es la de 2008. Aunque tiene un elemento que no había en 2008 y que es el que ahora más inquieta. Se llama inflación que no remite. El cóctel que hoy enfrenta el Banco Central: problemas en algunos bancos e inflación muy elevada y que no se consigue doblegar pese a la subida de tipos. Pero, en efecto, la red de seguridad de los bancos es muy superior a la de entonces ---y muy superior a la de Estados Unidos--- por las reformas que se hicieron para evitar, precisamente, una nueva crisis como aquella. Y de estas reformas que también costaron dinero no se ha atribuido Pedro Sánchez, por una vez, el mérito.

Que el gobierno de España no tiene abuela lo vienen demostrando día tras día los ministros y ministras

Que el gobierno de España no tiene abuela lo vienen demostrando día tras día los ministros y ministras que se cubren de elogios y se felicitan a sí mismos (y sí mismas) por lo extraordinariamente bien que lo hacen todo. Lo mismo gestionar la crisis, que trabajar con denuedo, que dialogar hasta la extenuación, que dejarse la piel cada hora, cada minuto y cada segundo del día. Domingos incluidos. Les tengo avisados de que no ha habido gobierno en la historia de España que se haya gustado más a sí mismo: onanismo gubernativo, podría llamarse a esto.

Tanto, que le cuesta más cada día superar el listón de autoestima y autobombo del día anterior. Pero para eso está el ministro Escrivá, que ayer se hizo un demarraje y dejó al pelotón que forman los demás ministros en mantillas.

Ya verán como sí. Ya veremos como sí o como no: deje el ministro que sea el tiempo y los observadores imparciales los que determinen cuánto de ejemplo para el mundo tiene su modernísima reforma de las pensiones. Que contará, seguro, con la bendición de la comisión europea ---ahora que ha aprendido--- y que cuenta, en España, con la bendición del gobierno y sus aliados de siempre. O contado al revés, que ha conseguido el ministro que le bendigan ni las patronales ni los partidos que representan al cuarenta por ciento de la Cámara.

Ahora ya se considera una proeza pactar las cosas el gobierno con los sindicatos de clase que son tan del gobierno que parecen también gobierno

El objetivo del gobierno cuando se puso a diseñar las reformas que nos reclama Europa era poderlas presentar como fruto de un acuerdo de país, el anhelado consenso. Cada vez que Yolanda Díaz firmó un acuerdo con los sindicatos y la patronal durante la pandemia se publicitó como una prueba de que el gobierno sabía aunar voluntades y forjar pactos sólidos. Ahora ni Escrivá consigue que la patronal le ponga una firma ni Yolanda Díaz puede añadir un acuerdo más a la cuenta aquélla que en otros tiempos ella misma publicitaba. Ha ido bajando mucho el nivel de autoexigencia gubernamental. Ahora ya se considera una proeza pactar las cosas el gobierno con el gobierno, el gobierno con los socios de gobierno y el gobierno con los sindicatos de clase que son tan del gobierno que parecen también gobierno. Saque pecho, presidente, no se quede usted atrás.

Eso es. Ni más ni menos, como diría la ministra Montero, que un acuerdo del PSOE con Podemos ---hazaña---, un acuerdo con los sindicatos ---gesta--- y un acuerdo con sus socios del frente amplio ---un hito---. Dado que la reforma coincide, en lo sustancial, con lo que defendía Podemos, defendían los sindicatos y defiende el frente amplio ---pensiones más altas y cotizaciones también más altas sin retrasar más la jubilación y sin cambios en el cómputo que perjudiquen al beneficiario--- cuesta ver dónde radica la proeza. Pero bueno, el gobierno supera otra meta volante y está en su derecho a auto-celebrarse. Si hubiera logrado el consenso de patronales y partidos de oposición se estaría autoelogiando por ello. Como no lo ha logrado, saca a pasear el presidente el estribillo de las derechas que no arriman el hombro y todo eso.

Sánchez sólo se refiere a la patronal como derecha económica cuando no le aplaude lo que hace. Cuando se presta al acuerdo, entonces son empresarios responsables con sentido de estado. ¿Hay acaso una izquierda económica? ¿Son los sindicatos la izquierda económica? No sé si da cuenta el presidente de que Podemos practica con él la misma medicina. ¿Acepta Sánchez propuestas de Podemos? Es un logro de Podemos. ¿Las rechaza, como con el sólo sí es sí? Entonces es rehén de los poderes fácticos y se le ve el cartón de derechista reprimido (y todo eso).

La polémica con el bono social térmico

Anuncia además el ejecutivo un revisión de las ayudas que concede a las familias numerosas para pagar la energía en casa, el bono térmico. Porque de pronto ha caído en la cuenta la vicepresidenta Ribera de que pueden cobrarlo familias con ingresos altos porque ser numerosa no equivale a no tener recursos, claro. Ésta es una de las historias más chocantes de las últimas horas. La vicepresidenta Ribera dice que cambiará su bono térmico para que sólo puedan recibirlo familias con baja renta porque Infolibre desveló ayer que el vicepresidente de Ayuso, Ossorio, lo está recibiendo. Hasta ahora nadie había debido de leerse el texto de la norma. O confió la ministra en que las familias numerosas con renta suficiente renunciarían a la ayuda ---paguita, dirían algunos en el PP de Madrid--- al gobierno. Total, que al saberse que Ossorio cobra el bono sale la líder de Más Madrid, Mónica García, a declarar que es indecente porque tiene dinero de sobra para pagarse la calefacción.

Que lo destituyan de inmediato, dice. Y entonces se publica que el marido de ella también lo recibe, el bono térmico, para pagar la calefacción de la casa que comparten. Y ella lo confirma. Pero alega que ella nunca ha criticado las ayudas del gobierno y Ossorio sí. ¿Debe dimitir entonces por cobrar un bono que no necesita o por cobrarlo a la vez que lo critica? Él lo que dice es que es perfectamente ético criticar las ayudas de Sánchez y cobrarlas.

Bueno, es un paso. El gobierno de Madrid admite que Sánchez da ayudas a las familias numerosas y que hace bien en darlas. Aunque ahora habrá familias numerosas, como la de Mónica García, que dejarán de recibirlas porque el gobierno va a cambiar los requisitos para que no la cobre este Ossorio. Qué interesante historia de la que todos sus protagonistas han salido mal parados.

Monólogo de Alsina: "Unidad de quemados por el bono térmico"