OPINIÓN

Monólogo de Alsina: "Vox prueba su medicina"

Carlos Alsina reflexiona en Más de uno sobre la bajada de la curva de contagios de coronavirus, de la campaña electoral catalana y del salvavidas que Vox le brindó ayer a Pedro Sánchez con la abstención en la votación del decreto de los fondos europeos.

Carlos Alsina

Madrid | 29.01.2021 08:32

Las buenas noticias sí que son noticia. Que la curva de contagios baje es una muy buena noticia en un país en estado de emergencia sanitaria, en estado de angustia social creciente y en estado de alarma.

Para no perder la perspectiva: desde el 10 de diciembre, tras el puente de la Constitución, la incidencia del coronavirus, quitando un par de días anómalos, no ha parado de subir. Y ahora, por el contrario, inicia la bajada. Y como ése es el primer paso imprescindible para que los otros dramas que estamos viviendo también remitan, me permitirán –y entenderán-- que hoy empecemos contando esto. Por delante de la campaña catalana, del salvavidas que Vox le brindó ayer a Pedro Sánchez e incluso del derrape del plan europeo de vacunación, la gresca de la comisión con AstraZéneca.

Más de uno

Que la incidencia vaya a menos no contradice que la situación general sea sofocante. En las UCIs sigue aumentando el número de pacientes de covid (cuatro mil seiscientos infectados requieren de cuidados intensivos, treinta mil españoles están hospitalizados por culpa del virus) y en los tanatorios sigue aumentando el número de familias en duelo. Una mañana más se lo subrayo: 320 enfermos no conseguirán hoy salir adelante. 320 familias recibirán hoy la noticia irreversible de la muerte. Son más de las que recibieron esa noticia ayer y aún más de las que la recibieron anteayer. Esta curva, que es la más terrible, aún no baja. Tardará aún varios días en bajar. Y tenemos ahí, tampoco la perdamos de vista, la amenaza de que la variante británica, o la surafricana, lo vuelvan a poner todo cuesta arriba.

En su debut como ministra de Sanidad, y tras reunirse con los consejeros autonómicos, Carolina Darias informó ayer de que no tenía nada de lo que informar. Mucha reunión pero ninguna novedad. No hay acuerdo entre los co-gobernantes porque la Moncloa sigue cerrada en banda a todas las peticiones de los presidentes autonómicos.

¿Y sobre las vacunas, qué? ¿Qué dice nuestro gobierno sobre AstraZéneca y el choque con la comisión europea, o sea, con los gobiernos europeos incluido el nuestro? Pues dijo ayer la ministra Darias... dijo ayer la ministra Darias... nada. No dijo nada. Nuestro gobierno ni siente ni padece.

El señor Michel, que es presidente del Consejo Europeo (o sea, el presidente fijo de la Unión) propone que se intervenga la producción de vacunas en Europa, es decir, que la comisión europea pueda incautarse de todo lo que se produzca en las plantas europeas e impedir la exportación a otros países para garantizar que se cumplen los contratos y se cumple el calendario de vacunación europeo. Va extendiéndose esta idea: lo que se produce aquí, aquí se queda. El problema es que eso mismo lo dice Boris Johnson en el Reino Unido: las vacunas británicas, aquí se quedan. Y si nos sobra alguna os la enviamos, ex socios europeos.

A Vox le tocó ayer probar su propia medicina. ¿Qué medicina? Pues lo fácil que es hacer caricatura de una votación parlamentaria y colgarle a cualquiera el cartel de costalero o tonto útil del gobierno.

Ya sabrán lo de ayer: el Congreso debatía si convalida el decreto del gobierno para atribuirse el control de los fondos europeos. Votan en contra el PP, Ciudadanos y los independentistas catalanes (o sea, Esquerra) y el gobierno se salva por los pelos gracias a que los 52 diputados de Vox se abstienen. Al PP y a Ciudadanos les faltó tiempo para tachar a Vox de ‘socio y salvavidas del gobierno’, que es una cosa terrible, ¿verdad?, que Vox llamó a Ciudadanos y al PP cada vez que estos votaron una prórroga del estado de alarma, por ejemplo.

Fue enternecedor ver ayer al diputado Espinosa de los Monteros negar que haya negociado y pactado en secreto con el gobierno. Tan enternecedor como escuchar a Carmen Calvo elogiando a Vox por abrir paso a la esperanza y las soluciones para España.

Cuando la extrema derecha coincide contigo en que un decreto tiene que salir adelante porque es crucial para que lleguen los fondos europeos (otra distorsión, porque los fondos llegarán de cualquier forma), cuando la extrema derecha coincide contigo entonces sí le atribuyes virtudes.

Lo relevante no es tanto que Vox haya rescatado al gobierno de un naufragio (porque lo salvó de carambola creyendo que antes lo salvarían otros), lo relevante es que el socio de verdad, el de la investidura, el de los Presupuestos, el del tripartido que montó Iglesias con Bildu, o sea, Esquerra, volvió a dejar tirado al gobierno en una votación importante.

La geometría variable tiene estas cosas: Junqueras y su séquito miran por lo que miran. Que no es por la estabilidad y la prosperidad de España...es por la prosperidad de Esquerra Republicana. Por su prosperidad electoral, es decir, por mantenerse en el poder en Cataluña. Rufián puede fingir que es un revolucionario que obliga a los gobernantes a moverse hacia la izquierda, pero en rigor Rufián es un gobernante que pactó con la derecha catalana hace ya seis años compartir el poder. Y la gestión. Que es lo que los votantes el día 14 deben examinar, o juzgar, y puntuar. O sentenciar.