Y ya que es viernes, vamos a darnos un baño de confianza. Una inyección de aliento. Hace un año parecía imposible que tuviéramos una vacuna para el coronavirus antes de finales de este año o comienzo del siguiente. Estamos a mitad de abril y en España ya han recibido la primera inyección once millones de personas.
"En otoño podremos recuperar la vida que teníamos antes de la pandemia"
El mensaje con el que hoy podemos subir todos el ánimo es éste que transmite un veterinario griego, de Tesalónica, que tiene sesenta años y raíces sefardíes. El griego en cuestión se apellida Bourla, está afincado desde los años ochenta en Estados Unidos y hoy dirige una farmacéutica que seguro que les suena: se llama Pfizer. Su mensaje es éste: ‘en otoño podremos recuperar la vida que teníamos antes de la pandemia’. No la nueva normalidad, sino la normalidad que perdimos en marzo de 2020.
Varios diarios europeos ---El Mundo entre ellos, Carlos Segovia--- han entrevistado al consejero delegado de la compañía favorita de la Unión Europea. Sostiene que si ahora están pudiendo fabricar, y vender a la comisión, decenas de millones de dosis, para 2022 el ritmo de fabricación alcanzará varios miles de millones al año. Y dado que lo dice la farmacéutica que, salvo el traspié de febrero, está cumpliendo los plazos de entrega e incluso adelantándose a ellos, habrá que tomárselo como una garantía de que vacunas no van a faltar. Sigue siendo un hecho que en Europa vamos por detrás de Estados Unidos, o de los británicos, en velocidad de vacunación ---no te digo ya de Israel---, y es un hecho que con AstraZéneca y Janssen los parones decididos por las autoridades no están ayudando a acelerar el calendario, pero el horizonte sanitario va despejándose.
Cuenta también el griego que cuando empezaron a trabajar con BioNTech, la compañía alemana del matrimonio Sahin Tureci, ni siquiera tenían escrito el contrato. Se pusieron de acuerdo por videoconferencia sabiendo que esto era una carrera contra el reloj. El griego emigrado a los Estados Unidos y los hijos de inmigrantes turcos en Alemania. Lo último que le preguntan en la entrevista es si habría podido desarrollar la carrera empresarial que ha hecho en Estados Unidos de haber permanecido en Europa. Y esta respuesta sí que descorazona: ‘Habría sido posible, pero no probable. Aquí los accionistas me escogieron a pesar de que todavía utilizo palabras erróneas cuando me expreso en inglés’.
El "desmadre" de medidas en España
Hoy termina el Congreso que han celebrado esta semana las asociaciones de médicos y enfermeras de España. Especialistas de todas las disciplinas que han puesto en común sus experiencias y sus preocupaciones. Por ejemplo, respecto de las secuelas que deja la enfermedad a muchos pacientes, o mejor, respecto de la poca atención (y recursos) que la administración está prestando a estas secuelas, el llamado síndrome post covid o covid persistente. Han coincidido también en la distorsión que, a menudo, el debate político genera en la percepción que la sociedad tiene de la epidemia, de las medidas y del proceso de vacunación. Entre esas distorsiones está la dispersión de medidas y criterios según la comunidad autónoma en la que uno resida.
‘Desmadre’, lo llamó ayer en este programa el presidente de la patronal CEOE Garamendi. Pues no parece que en el ánimo de los gobernantes esté armonizar las medidas que están en vigor. El argumento sigue siendo que cada territorio presenta una situación diferente. Que no es lo mismo la Comunidad Valenciana, con sus 36 casos por cien mil de incidencia acumulada, que Navarra, con 437 (por citar las que mejor y peor están en este momento). No presenta la misma evolución Madrid, 349 casos, muy por encima de la media nacional pero tendiendo a estabilizarse, que el País Vasco, 356 casos y con un ritmo de empeoramiento alto.
Allí donde el gobierno decía en octubre 'el que quiera estado de alarma que me lo pida y se lo declaro', ahora no para de recriminar a quienes se lo piden
Urkullu es, de los presidente autonómicos, el que con mayor claridad (e insistencia) está pidiendo a Sánchez que reconsidere su no es no y se abra a habilitar una prórroga que permita reformar leyes para no vivir en la incertidumbre. Pero allí donde el gobierno decía en octubre ‘el que quiera estado de alarma que me lo pida y yo se lo declaro’, ahora no para de recriminar a quienes se lo piden.
"Estará pensando la señora Calvo en la región que hoy quita el sueño al PSOE: Madrid"
Ayer la vicepresidenta, Carmen Calvo: "Salvo el confinamiento en nuestras casas que es lo que limita nuestra libertad deambulatoria, casi todo lo demás es posible con la legislación sanitaria vigente. Nos podemos encontrar con que, quien quiere el estado de alarma el día 10 de mayo sea quien menos medidas está tomando para proteger en este momento".
Esto, ¿por quién lo dice la vicepresidenta? ¿Quién está dejando de tomar medidas a la vez que pide más estado de alarma? El gobierno vasco ha confinado esta semana Bilbao, Sestao, Portugalete, y mantiene el confinamiento provincial en Álava y Guipuzcoa. El gobierno andaluz anuncia hoy en qué ciudades a partir del domingo habrán de anticipar su horario de cierre las actividades no esenciales, o sea, los bares.
Lo mismo que ahora Pedro Sánchez dice que el estado de alarma dejó de ser necesario, el cinco de mayo puede estar diciendo justo lo contrario
Dices: estará pensando la señora Calvo en la región que hoy quita el sueño a todos los dirigentes del PSOE, no por su situación sanitaria sino por su situación demoscópica, o sea, por las elecciones: Madrid, Madrid. Pero ocurre que el gobierno de Madrid es el que no quiere prórroga del estado de alarma. En esto están de acuerdo la señora Ayuso y el señor Sánchez. Ella, porque nunca le gustó que le impusieran el toque de queda. Él, porque anda entregado a la tarea de hacer creer a los ciudadanos que para mayo dejaremos atrás lo peor de nuestros problemas. O traducido: que lo mismo que ahora dice que el estado de alarma dejó de ser necesario, el cinco de mayo puede estar diciendo justo lo contrario. Después de todo, es Sánchez.