MÁS DE UNO

Monólogo de Alsina: "Entre el peñazo y el Peñón"

Entre el peñazo y el Peñón va a discurrir informativamente el día. El peñazo de la campaña y el peñón de Gibraltar. David Cameron en la colonia. Utilizando Gibraltar como argumento para hacer campaña a favor de la permanencia de su país en la Unión Europea. En el peñón están todos a favor de seguir en Europa, no hace falta que venga Cameron a convencerles de ello. Pero en el Reino Unido puede que haya quien tema perder Gibraltar si el país se sale y eso le mueva a votar por el remain, el “nos quedamos” en el referéndum de la próxima semana.

ondacero.es

Madrid | 16.06.2016 08:05

Podrá el gobierno de España insistir, con la boca pequeña, en lo indignante que le parece la visita express del señor Cameron. Una cosa es que se venga a Ibiza, España, a pasar las vacaciones y otra que se persone en Gibraltar (que en opinión de España debería ser ya España) como jefe del gobierno británico. Margallo cumple con el trámite de lamentar la visita y a otra cosa mariposa porque es un gobierno amigo y porque, en el fondo, al gobierno español, como a los otros gobiernos europeos, lo que les urge es que Cameron asegura que el Reino Unido se queda dentro. Y si pisar Gibraltar sirve para eso,pues que pise David con garbo, pise.

Entre el peñón, de Gibraltar, y el peñazo en que, a poco de empezar, se ha convertido esta campaña electoral que nos prometieron original, entretenida y llevadera.

[[DEST:¿En serio hace falta decir estas cosas que dicen los candidatos, por mucho que estén todos en campaña?]]

¿De verdad necesitan mentir? ¿En serio hace falta decir estas cosas que dicen los candidatos, por mucho que estén todos en campaña? Que hemos tenido otra campaña hace medio año. Nos sabemos todas las poses, los trucos, las frases hechas, los cuentecitos y las exageraciones que ni ellos mismos se creen. ¿De verdad tenemos que pasar otra vez por esto?

¿De verdad alguien puede tomarse en serio que Susana Díaz diga que está convencida de que el PSOE gana estas elecciones? No es verdad. Está convencida de que pierden. Tampoco es que lo desee, es que está segura de que va a pasar. ¿Es necesario que Rajoy finja emocionarse al contemplar un campo de alcachofas y saber que se las estamos vendiendo como rosquillas a los americanos?

¿Que Sánchez exhiba como mérito que en su familia todo el mundo ha sido siempre socialista —qué poco plural la familia—… y que en Podemos se inventen una escritora de cartas expatriada que se llama Esperanza y es una mezcla entre la niña de Rajoy y la Verónica aquélla con la que Sánchez, hace meses, fabulaba? ¿Hace falta que Podemos se rasgue las vestiduras porque otros hablan de Grecia y de Venezuela cuando fue Podemos quien aupó a esas dos naciones a la categoría de referencia política?

¿Y de verdad es necesario que Albert Rivera se muestre escandalizado porque uno del PP llevó en su coche a casa a una de Podemos? ¿Él, que aboga por entenderse y prestarle el coche a quien considere oportuno por el bien de España? Dicen cosas que ellos no se creen ni ellos. Que sabemos que no se las creen. Porque tampoco ellos saben qué va a pasar aquí. ¿Se acuerdan de cómo fue el comienzo naif del debate del lunes? ¿Se comprometen a hacer todo lo que esté en su mano para que haya un gobierno y no tengamos otra vez elecciones?

Y todos dijeron no, seguro que no habrá elecciones de nuevo. Y sí, haremos todos los esfuerzos, por supuesto. Pero lo que estaban diciendo es “no”, qué vamos a garantizar, hombre. Lo que estaban diciendo es “haremos los esfuerzos para que haya un gobierno que nos guste a nosotros. Y para que no haya un gobierno que nos disguste”.

La prioridad no es tener gobierno, sino tener yo el gobierno y que no lo tenga el resto. Tampoco se les puede reprochar. Las encuestas sugieren que cada votante, en la intimidad de su cabina electoral, está en eso mismo. Sabiendo ya que ésta ha sido la norma de actuación de las cuatro formaciones principales en esta legislatura gatillazo, el porcentaje de voto para cada una de ellas apenas ha variado.

El revuelto causado por el tuit de Jordi Sevilla es significativo de este afán en el que estamos por darle vueltas todos los días a lo mismo. Sostiene Sevilla que debe gobernar quién más diputados tenga a su favor. Es decir, y en la cabeza de Sevilla, el PSOE de la mano de Ciudadanos. En esto está cuando dice el que más apoyo parlamentario tenga. Correcto, pero ¿y si es el PP el que consigue el apoyo de Ciudadanos? ¿O si el PSOE no alcanza un pacto esta vez con Ciudadanos? ¿Defiende entonces Sevilla que se deje gobernar a Rajoy, el que más escaños tendría, aunque tenga a la mayoría del Congreso enfrente? Él a lo mejor sí (lástima que hoy no podamos preguntárselo), pero su líder Sánchez no. Y su partido, el PSOE, tampoco.

Recordemos algo que Sevilla sabe aunque no lo mencionara: son Sánchez y el comité federal del PSOE quienes tienen dicho que nunca facilitarán un gobierno del PP. Ni aunque sea Rajoy quien más escaños a favor tenga. Es decir que, como Podemos, siempre votarán en contra. Y así la investidura no sale.

Lo de dejar gobernar a quien tenga más diputados a favor es lo que dijo Felipe en aquella entrevista sábana de El País y en su partido le dijeron que sí, que sí abuelo que sí, pero que mejor siga con Venezuela y en esto se calle. Susana Díaz, cuando era ella la que no tenía hecha su investidura, expuso una doctrina: si los grupos de oposicion no se ponen de acuerdo entre ellos, que dejen gobernar al que ha ganado. Luego fue Rajoy quien ganó, fueron los grupos de la oposición quienes no se pusieron de acuerdo y ella lo que dijo fue: ni agua al PP, antes elecciones que permitir que siga Mariano.

Pero bueno, ahora está tan convencida de que van a ganar como lo está Sánchez. Mentira piadosa.