OPINIÓN

Monólogo de Alsina: "La pregunta es si a Cifuentes se le pone cara de Pedro Antonio Sánchez, el presidente murciano al que sacrificó Rajoy"

Reloj que marcas las horas.

La de Cataluña no es la única cuenta atrás que está en marcha. Elecciones autonómicas hay en casi todas partes de aquí a un año. Y estando la intención de voto como el tiempo en primavera, tan inestable, los partidos andan queriendo despejar cuanto antes quiénes van a ser sus canditatos. Quiénes sí y quiénes no.

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Madrid |

Por eso la pregunta de la semana, y no es agradable para ella, es si a Cristina Cifuentes se le ha empezado a poner cara de Pedro Sánchez. Perdón, de Pedro Antonio Sánchez. El murciano.

Hay políticos que llegan a lo más alto en su región y luego duran lo que un suspiro. Gobernantes sólo para unos días. Pedro Antonio Sánchez fue un presidente que tuvo Murcia, ungido por por Rajoypara quitarse de en medio a Alberto Garre y que gobernó en minoría con el apoyo de Ciudadanos. Luego se vio imputado en dos casos judiciales, él se defendió diciendo que era víctima de una persecución, Rajoy al principio le apuntaló, ordenó que saliera el partido a hacer piña, hasta que Ciudadanos amagó con dejarle caer, el PSOE lanzó una moción de censura y Rajoy, viendo que peligraba la presidencia autónomica, giró la muñeca, puso el pulgar hacia abajo y con la misma autoridad con que había ordenado salvar a Sánchez ordenó que se deshicieran de él.

En Madrid gobierna Cristina Cifuentes en minoría con el apoyo de Ciudadanos. Le pasó rozando la Gürtel, la Púnica y la Lezo porque ella no se vio directamente señalada pero sí formó parte de la dirección del PP madrileño en los años de charcolandia, cuando las ranas brincaban por el despacho de Esperanza Aguirre sin que ella llegara a advertir cuanto croaban (y cómo se lo llevaban). Lo que no le ha pasado rozando, sino que le ha alcanzado de lleno y la ha dejado tocada es el asunto del máster. El máster que ella dice que terminó en 2012. El máster que la Universidad Rey Juan Carlos no sólo dice que terminó sino que le proporcionó a la ex alumna un acta de la lectura del trabajo final con las firmas de tres profesoras. Pero el máster que la propia universidad investiga ahora y que dos inspectores designados por la Conferencia de Rectores se encargarán también de examinar.

¿Se le está poniendo a Cifuentes cara de Pedro Antonio Sánchez?

Tal como sucedió en Murcia, el PSOE baraja ya la moción de censura a sabiendas de que Ciudadanos está cada vez más incómodo con la presidenta que invistió.

Porque, tal como sucedió en Murcia, ha ido de menos a más la beligerancia verbal de Ciudadanos. Del 'vamos a esperar a ver qué explicaciones da' de Ignacio Aguado hace quince días al 'esto huele mal' que dijo ayer Albert Rivera.

¿Han hablado Sánchez y Rivera sobre la suerte que le espera a Cristina Cifuentes?

En Murcia, se lo recuerdo, el PSOE presentó la moción de censura y Ciudadanos le dijo al PP que apartaba del cargo a Pedro Antonio Sánchez o hacían presidente al del PSOE. Para que convocara elecciones. Y entonces sí. Cuando Rajoy temió de verdad perder la presidencia autonómica (una de las pocas que sobrevivió a la hecatombe de 2015) puso el pulgar hacia abajo y se acabó Pedro Antonio Sánchez.

La presidencia de la Comunidad de Madrid una pieza de caza mayor. La posición oficial de la dirección nacional del PP es, hasta ahora, de pleno respaldo a la presidenta Cifuentes. Recuerden el tuit de Cospedal hace diez días: "A algunos les gustaría conseguir lo que no consiguió un accidente de tráfico. A seguir con más fuerza, Cristina".

Miren, en marzo de 2017 Cospedal dijo que no existía razón alguna para que Pedro Antonio Sánchez dimitiera. Le parecía una indecencia la presión del PSOE y Ciudadanos. Eso fue en marzo. En abril cambió el paso. "Es una situación injusta”, dijo, “pero seguro que Pedro Antonio hará lo mejor para su región y para su partido".

¿Qué será de Cristina Cifuentes si la dirección del PP concluye que lo mejor para el partido es que se aparte?

¿Qué será de Cifuentes si una parte de esa dirección ya lo ha concluido?

Un autovía cortada al trafico a primera hora de la tarde. Como ocurrió en Albacete, los automovilistas tuvieron claro que había volcado un camión cargado de elefantes. Si hubiera ocurrido en Sitges, habrían pensado que ya estaban otra vez los CDR.

Grupos de gente con capucha que cortan el tráfico cuando les da la gana. El día que no le hacen la pascua a los camioneros que circulan por la A-2 se lo hacen a los particulares que utilizan la A-7. Se cruzan en la calzada hasta que todos los coches paran; montan caravanas de vehículos a cincuenta por hora para molestar a los demás automovilistas; amenazan con cortar el túnel del Cadí en la tarde de la operación retorno. Lo llaman desobediencia civil. Lo llaman la primavera catalana. Lo llaman respuesta social al encarcelamiento de Puigdemont en Alemania. Pero no es la respuesta social, es la respuesta de estos pocos cientos de personas entrenadas en la alteración del orden público. No son el pueblo. Son los que molestan cada día al pueblo entorpeciendo su movilidad y haciéndole llegar tarde. Y son los que hacen pintadas en las sedes judiciales y acosan a los jueces y los fiscales.

No hay noticias de que los Mossos d' Esquadra le hayan pedido el carné de identidad, todavía, a uno sólo de los encapuchados. No hay noticias ni de identificaciones ni de detenciones. Pero anoche llegó a los medios una nota de la fiscalía de la Audiencia Nacional que promete que estas conductas, presuntamente delictivas, no serán permitidas. Han escuchado bien: la fiscalía informa de que los delitos no están permitidos. Alabada sea la aclaración. No sólo no se permiten los delitos sino que serán perseguidos con contundencia, añade la fiscalía. Que lo sepan los cedorros estos. No existe la impunidad. Aunque lleven dos semanas liándola de manera completamente impune.