OPINIÓN

Monólogo de Alsina: "Rajoy y Sánchez vuelven a hablarse después del 'encontronazo'"

En contra de lo que mucha gente cree, hoy no es San Ildefonso. Aunque estén calentando en la banda ya los niños para empezar a sacar bolas de numeros y premios, bombo va bombo viene, a partir de las nueve de la mañana —-desde las ocho el pre partido en Onda Cero—-. San Ildefonso fue arzobispo de Toledo, paisano de Javier Ruiz Taboada, pero allá por el seiscientos y mucho. Entró de chaval en el monasterio e hizo tanta promoción interna que acabó de abad. Distinguido con el don de la elocuencia, como los tertulianos, pero también con el de la sabiduría, como…los sabios. Su obra más conocida fue la Prosopopeya imbecilitatis propriae, que no trata sobre la imbecilidad sino sobre la debilidad de uno mismo.

ondacero.es

Madrid | 22.12.2015 07:09

Pero bueno, lo importante es que es el día de la lotería de Navidad. Comienzo oficial de las fiestas navideñas. Que como todo el mundo sabe son esos días del año en que recibes guasaps de gente que ni siquiera sabías que existía y que ven conveniente, entre campana y campana, decirte alguna cosa bonita. La navidad es lo que tiene: ablanda los corazones, reblandece el rencor y hace olvidar los agravios que uno ha sufrido.

Ésta es, de hecho, la noticia política que dio ayer el señor Rajoy en su comparecencia de prensa: que Pedro Sánchez y él, después del encontronazo aquel en que se llamaron indecente el uno y mezquino el otro, vuelven a hablarse. Conversó telefónicamente el aspirante a la investidura con el líder del segundo partido en número de escaños y propietario de la llave que hace posible que Rajoy vuelva a ser presidente. Hablar, hablaron. Y como ayer dijo Rajoy, que hasta hace dos días hayan estado poniéndose a caer de un burro no tiene mayor relevancia porque la hemerotecas están llenas de cosas que una vez se dijeron y después, se llevó el viento.

Hablar, hablaron; qué se dijeron no se sabe. Ni Rajoy ha querido soltar prenda ni Sánchez se personó ayer ante los periodistas. Fue el único de los líderes principales que evitó ayer a la prensa. Se reunió la dirección del PSOE, hizo saber allí el secretario general que piensa competir por la reelección en ese cargo orgánico —-que es la forma de abortar el debate interno sobre su ideoneidad para el puesto, visto el bajón electoral del domingo— y no alumbraron los socialistas planes claros respecto de sus intenciones futuras. Repiten como un mantra que quien debe intentar formar gobierno es Rajoy —-hasta ahí llegamos todos—- pero no desvelan si en el caso de que Rajoy fracase en el intento será Sánchez quien lo intente y buscando el apoyo de quién y a qué precio. Sobre esto, aún ni mu, dice César Luena.

Pablo Iglesias ya ha explicado lo que quiere: compromiso para una reforma de la Constitución en los términos que él considera oportunos, e incluyendo el derecho a decidir, previa negociación de cualquier investidura. De pronto para el líder de Podemos da la impresión de que lo esencial, lo que sus cinco millones de votantes demandan, aquello que verdaderamente les quita el sueño, es que haya un referéndum de autodeterminación en Cataluña. Esto debe de ser el 15-M en versión artúrica.

Y pone el listón todo lo alto que puede el candidato de Podemos para animar al PSOE a despedazarse internamente en el debate sobre si sí o si no y en la confianza de que, a falta de presidente investido, se convoquen nuevas elecciones.

Otra vez urnas para terminar de apuntillar al PSOE y merendánselo del todo. Esto es lo que algunos dirigentes socialistas están señalando: que el objetivo de Iglesias no es ni investir a Sánchez ni pactar un programa de gobierno: es rematar lo que no ha conseguido el 20 de diciembre: relevar por completo al PSOE como la fuerza hegemònica de la izquierda. Y es ahí donde dicen: para Pedro, que coleta morada te está haciendo la envolvente.

En la reunión de la ejecutiva del PP se personó ayer, y por sorpresa, el fantasma de las navidades pasadas, o sea, José María Aznar, presidente de honor del partido y hombre que viene avisando —-esto no cabe negárselo—- de que no le gustaba cómo cazaba la perrita.

Iba Rajoy tan como siempre a la reunión del día siguiente —-a exponer lo meritorio y difícil que es ganar las elecciones habiendo disfrutado de todo el poder politico durante cuatro años—- cuando se encontró allí con Aznar.

---“El doctor Aznar, supongo”.

--- “Cómo tú por aquí, Jose”.

---“Vengo a reinvidicarme. Como analista. Yo esto lo vi yo venir”.

Oye, es verdad que lo vio y lo avisó. Que el PP iba eleccion tras eleccion a la baja y que mucho votante descontento le estaba poniendo ojitos a Albert Rivera. Aznar pide congreso abierto del PP. Qué es un congreso abierto está por definir. Pero se entiende que es aquel en el que puedan competir varios aspirantes por el liderazgo del partido, no sólo aquel al que Aznar ungió con una libreta azul y un dedo.

Y Rajoy le ha dicho que sí, que vale. Que habrá congreso cuando toque y que él, Rajoy, se presentará de nuevo. Como Sánchez. He aquí la peculiaridad electoral española: que los líderes de los dos partidos que más votos han perdido se han apresurado a proclamar que ellos no piensan irse. Se van los votantes. Ellos, permanecen.