Monólogo de Alsina: "Del 'pedid y se os dará' al 'ahora no toca'"
Carlos Alsina reflexiona en Más de uno sobre las elecciones en Estados Unidos y sobre la evolución de la segunda ola de coronavirus en nuestro país.
- Elecciones EEUU: Votaciones, encuestas, resultados y última hora de Trump y Biden
Madrid |
El primer martes después del primer lunes. Si hay algo previsible en los Estados Unidos es la fecha de las elecciones presidenciales. Todo lo demás, a estas alturas, es tan imprevisible en los Estados Unidos como en cualquier país europeo.
Sesenta millones de habitantes, de los 330 que tiene Estados Unidos, tiene como lengua materna el español. Hispanos. Latinos. Y treinta y dos millones pueden votar hoy. A ellos se dirigen los spots en español de las dos candidaturas: el de Trump es bailable y el de Biden dice que no estamos para bailes.
Se da por hecho que el voto mayoritario entre los hispanos es para el Partido Demócrata (hace cuatro años seis de cada diez votaron por Clinton). Y se da por hecho que las encuestas pueden estar anticipando con acierto el resultado (una victoria clara de Biden) o pueden estar infravalorando, como en 2016, el voto oculto de quienes, prefiriendo a Trump, sienten embarazo al confesarlo. Total, que la sorpresa esta próxima noche sería tanto que ganara el actual presidente como que su rival, al que él apoda Sleepy Biden, el somnoliento, acabara metiéndole una goleada superior a la que reflejan los sondeos.
En los mítines se ha respirado más presencia y más entusiasmo de los partidarios de Trump. No ha renunciado a los actos multitudinarios y al teatrillo marca de la casa. Ayer llegó a decir que se sentía tan emocionado por lo que le gritaban los suyos que iba a llorar.
Él exhibe los indicadores económicos para presentarse como un gestor exitoso, Biden señala los indicadores sanitarios para acusarle de ser él el virus.
El coronavirus ha sido el principal asunto de la campaña y es la principal preocupación de las autoridades en todos los estados, también en aquellos donde las encuestas están más apretadas y donde los casos de la segunda ola van en aumento. A Trump le pasa factura no tanto el número de contagiados que acumula EEUU, o de fallecidos ---en proporción a su población son números similares a los nuestros--- como la actitud que desde el comienzo ha tenido respecto de la pandemia, el riesgo que supone y la manera de afrontarla. El desahogo y la frivolidad de decir cualquier cosa, y autocelebrársela, aun teniendo nueve millones de contagiados desde que empezó la pandemia y 230.000 muertos.
La epidemia de coronavirus va a peor en España. Todos los indicadores nacionales de ayer son más graves, más duros, que los que teníamos el viernes. Salvo alguna excepción, como Canarias (que permanece al margen de las tendencias nacionales) o como Madrid (donde la tendencia descendente se mantiene), el panorama se endurece. Desde luego en Aragón, con la incidencia acumulada subiendo y acercándose a la de Navarra. Desde luego La Rioja, con el 53 % ya de camas de UCI ocupadas por pacientes de coronavirus.
Hasta ayer, el mensaje con el que martilleado el gobierno Sánchez cada vez que ha mencionado la cogobernanza era éste: que los presidentes autonómicos pidan y sus peticiones serán atendidas. Pedid y se os dará. Porque el gobierno central estaba para eso, para abrir el paraguas jurídico que acogiera bajo su protección las medidas que los gobiernos autonómicos requirieran para frenar el virus en sus territorios. Esto es lo que cambió ayer. Asturias, gobierno socialista, se sumó a Castilla y León y pidió a Sánchez que habilite ya la opción de confinar del todo a las familias en sus casas.
El estado de alarma, como sabemos, permite al gobierno central el derecho e los ciudadanos a moverse libremente. De hecho, está en vigor el toque de queda, que es una reclusión por horas. El ministro de Justicia Campo ya explicó en este programa el viernes que para dar el siguiente paso, el confinamiento total, haría falta modificar antes el decreto de alarma porque el actual no lo establece.
Por eso recordará usted que en el pleno del Congreso ya hubo portavoces parlamentarios que avisaron de que habría que revisar ese decreto en breve. Pero ahora que hay gobiernos autonómicos que aplicándose el cuento aquel de anticiparse a la curva reclaman poder confinar del todo, el gobierno les dice que se olviden.
Dice Illa que con las medidas que ya están habilitadas se puede controlar la pandemia. Pone como ejemplo Cataluña. Entiendo que porque hablaba para los medios catalanes. Porque el ejemplo más útil, hoy, para probar que las medidas tienen efecto no es Cataluña sino Madrid. El único indicador que ha mejorado en Cataluña en los últimos boletines es el porcentaje de pcr que dan positivo. Del 14,5 del jueves al 13,2 de ayer. Los demás, incidencia acumulada y camas de UCI, han empeorado.
Del ‘pedir y se os dará’ al ‘ahora no toca’. Hay presidentes autonómicos, del PSOE, que no saben a qué atenerse.