EL MONÓLOGO DE ALSINA

El monólogo de Alsina: En el ránking de tramas corruptas de la España contemporánea, la Púnica no alcanza aún a ocupar el puesto más elevado

Les voy a decir una cosa.

Angel Wagenstein es novelista tardío. Dedicó los primeros setenta años de su vida a hacer otras cosas, variadas: militar en una organización clandestina, fugarse de un campo de trabajo, hacer cine en la Unión Soviética.

ondacero.es

Madrid | 30.10.2014 20:23

Cuando agarró, por fin, la pluma (o el teclado) para novelar -setenta años- escogió como protagonista a un judío bienhumorado que relata su azarosa, y a menudo amarga, vida. Un judío que participa en dos guerras, sufre tres campos de concentración y cambia cinco veces de patria -no porque cambie él, sino porque le cambian de sitio las fronteras-.

Y comienza su relato Isaac con un ruego que este año se hace más actual que nunca, estando, como estamos, en el centenario: “No me hagas empezar esta historia”, dice, “con el archiconocido disparo que mató al archiduque en Sarajevo, no le dés tanta importancia al archiduque porque la guerra podría haberla desencadenado cualquier cosa”. Imagina un detonante alternativo: que un diplomático alemán, por ejemplo, hubiera resbalado con la cáscara de un plátano tirado en Estocolmo por el representante de Michelin, que es una empresa francesa. Lo que vino después, dice, habría sido lo mismo. Con disparo mortal o resbalando en el plátano, lo esencial es que la guerra ya había madurado como una acumulación de pus en el vientre de Europa. El detonante no fue el comienzo porque la guerra, en realidad, ya había comenzado, aun sin declararla.

En el ránking de tramas corruptas de la España contemporánea, la Púnica no alcanza aún a ocupar el puesto más elevado. En la comparativa con otros tinglados parecidos es una trama de tamaño medio con implicados cuyo peso político también es mediano. Ni por la cuantía del dinero que se llevaron los presuntos corruptos ni por los cargos que desempeñaban, con la información que de momento existe, puede considerárselas la madre de todas las corrupciones. Téngase en cuenta que está el listón muy alto en nuestra historia patria de la basura. Tenemos en prisión a uno que fue ministro y presidente autonómico, Jaume Matas.

Tuvimos a un director general de la Guardia Civil, Roldán. Está en puertas de ser juzgado el yerno de un rey, Urdangarín, quién sabe si en compañía de una infanta. Las estrellas de la corrupción municipal son la Gïrtel y la Malaya (más de cien imputados en cada una, y entre cien y 250 millones de euros blanqueados). Y en cantidad de dinero malversado el liderazgo pueden acabar teniéndolo los EREs, con estimaciones que van de los 120 a los 600 millones de euros. Los púnicos no lideran, pero el terremoto que su detención ha provocado en los dos mayores partidos puede auparles, en términos históricos, a la condición de archiduques en Sarajevo, el detonante: no siendo la madre de todas las tramas sí puede acabar siendo aquella última gota que desbordó un vaso.

El vaso que se había ido llenando, de pus (como dice el judío Isacc), y cuyo desbordamiento forzó a los líderes políticos a adoptar (o fingir que adoptaban) actitudes nuevas opuestas a las de tantos años; tantos años de cierre de filas, blanqueo de trapos sucios y campañas de descrédito contra jueces y fiscales.

A las medidas cautelares poco impactantes que decidió el juez Velasco anoche contra los primeros detenidos (infantería, según parece, de la trama) han seguido hoy otras medidas ya más severas. La máxima, prisión incondicional, les ha correspondido a  Marcos Martínez Barazón, presidente de la Diputación de León; y Alejandro de Pedro, empresario. No significa que vayan a ser los únicos en recalar en Soto del Real, significa que el desfile va poco a poco y significa, sobre todo, que aún no les ha tocado el turno a Granados y Marjaliza, los dos que, a decir de los investigadores, movían los hilos de todo el invento. De los dos a los que ha encarcelado preventivamente y sin fianza, Barazón y De Pedro, dice el juez en su auto que el primero daba contratos a las empresas que el segundo le decía a cambio de que éste utilizara su influencia sobre cargos del PP para mantenerse como presidente de la Diputación. Eso, y que en alguna de las empresas beneficiadas con los contratos tenía intereses el propio Martínez Barazón.

Las medidas cautelares son el primer indicio para saber qué responsabilidad en el grupo atribuye el juez a cada uno de los implicados, quién ocupaba qué puesto y cómo se repartían las tareas, y el dinero.Contemplada la trama como una organización jerárquica, éstos serían los oficiales. Por debajo de quienes pasan por ser los generales al mando: Marjaliza y Granados. Según la impresión que anoche plasmó por escrito del juez, “el hombre cuya red de relaciones personales e influencias políticas sirvió para conseguir contratos irregulares en su beneficio”.

A la fiscalía anticorrupción se le ha aportado ahora el testimonio de David Javier Merino, directivo que en agosto de 2008 –lo contó poco después Interviu- declara ante notario que su empresa mantenía estrecha relación, beneficiosa para ambas partes, con el señor Granados, cuando éste era alcalde de Valdemoro, y su sucesor en el cargo, cuando Granados prosperó políticamente y fue elegido diputado autonómico, consejero de Esperanza Aguirre y secretario general del partido en Madrid. Se les invitaba a cacerías en la finca La Parrilla y se hacía allí el reparto de comisiones que los directivos de la empresa llevaban en bolsas de dinero. Asistía a la cumbre corrupta (presunta) el amigo de Granados, Marjaliza, y según el denunciante, por la forma en que se sentaban todos a la mesa el jefe debía de ser Granados porque era el que siempre presidía.

La medidas cautelares, nunca está de más recordarlo, no presuponen cuál será el desenlace, en qué acabará desembocando, este procedimiento judicial recién iniciado. Al juez instructor le corresponde dirigir la investigación y asegurarse de que llegue a puerto: ésa, y no otra, es la razón de enviar imputados a prisión, para que no se fuguen o destruyan pruebas; no es anticipo de condena, no es castigo previo.

Entre quienes pueden eludir la prisión desembolsando fianza dos alcaldes ya lo han hecho: el de Collado Villalba, Juárez, que se ha personado esta tarde en el pleno municipal y que no ha manifestado intención de abandonar la alcaldía, y el de Parla, José María Fraile, que directamente no ha dicho nada. Sus partidos respectivos presionan para que se quiten de en medio cuanto antes. Ellos, y el presidente de la Diutación de Leon, a quien se ha abierto procedimiento de expulsión y a quien reclama el PP castellanoleonés la renuncia inmediata a la presidencia. Debe de estar la dirección popular llamando a Soto del Real para pedir que le pongan con el recluso preventivo. “O te vas tú, o te descabalgamos”.