Monólogo de Alsina: "Sánchez se instala en el podría tomar medidas excepcionales en Cataluña pero no lo haré, todavía"
Tercer día de sabotajes en Cataluña, veintidós días desde la detención de los presuntos terroristas de Sabadell. El presidente de la Generalitat esperó hasta las doce y cuarto de la madrugada de hoy para hacer una declaracioncita de minuto y me-dio. A rastras. Y cuando ya habían ardido cinco coches en el centro de Barcelona, ya habían cercado durante horas la consejería de Interior cientos de lanzadores de piedras (y de ácido, y de cohetes).
Madrid |
La declarancioncita del muñeco. Condenando una parte de la violencia que se está produciendo en Cataluña (los coches ardiendo es lo único que, de verdad, le incomoda, que se intente asaltar un aeropuerto le parece admirable) y alimentando la monserga de que estos que están pegando fuego son infiltrados que nada tienen que ver con el movimiento independentista que él lidera.
El rey de la insidia. La institución, al servicio de la conspiranoia. Infiltrados, ¿por quién, president? Ya que tanto sabe usted, cuéntelo: quiénes son los vándalos. De dónde han salido. Están provocándole a usted, ¿para qué?
De los saboteadores que intentaron parar el aeropuerto, ni mú.
De los que inutilizan las líneas del AVE, ni mú.
De los que cortan carreteras y le arruinan el día a miles de personas, ni mú.
A los damnificados por todos estos sabotajes, ni media palabra de solidaridad ni de empatía.
Y a los mossos de esquadra, ni mú. A estas alturas nadie esperaba que elogiara el president su trabajo. Es al revés. De haber dicho algo sobre los mossos habría sido para reprocharles que se empleen demasiado a fondo.
Por la mañana había intentado Torra entregar la cabeza del comisario jefe de la policía autonómica pero se encontró con la resistencia del afectado, que dijo que, si acaso, le destituyeran, pero que él no iba a admitir motivo alguno para irse.
Fue el consejero Buch quien aportó ayer esta perla al retrato político de su jefe Torra.
Parece el título de una novela de Marsé: 'El pacifista interior'.Pacifista, pero pa dentro.
El cerco, anoche, a la consejería de Interior del gobierno catalán. Cientos de alborotadores lanzando cristales, piedras, papel higiénico y buscando, como siempre, que hubiera palos. Anoche ya no ardieron sólo cubos de basura o bicicletas. Anoche ardieron coches y pudo haber ardido casi cualquier cosa.
Cada día van un poco más lejos y cada día estamos más cerca de que suceda algo irreparable. Porque una vez le has prendido fuego a un coche, ya no eres dueño de lo que acabe pasando con ese fuego. No eres dueño pero sí eres responsable. Y mira cómo los alterados estos eligen ante qué edificio oficial montan el pollo: no van a tirarle rollos de papel higiénico al Palau de la Generalitat, sede de la presidencia. Van a la consejería que dirige a los mossos de esquadra. Van a protestar porque la policía cumpla con su obligación de que ellos no anden por la calle quemando cosas.
Hoy, en el Parlamento de Cataluña, el presidente Torra tiene ocasión –-si quiere-- de responder a las preguntas que hasta ahora rehúye: ¿condena usted el sabotaje de las infraestructuras? ¿Desea usted que quienes asaltan aeropuertos sean deteni-dos? ¿Asume usted que el sabotaje es un delito? ¿Ha tenido usted alguna relación con los siete detenidos de Sabadell que están hoy en prisión preventiva? ¿Estaba enterado de sus planes antes de que los detuviera la policía? Esa bandera negra que ondeaba en la marcha a la que usted se sumó entusiasta, esa bandera ¿es la suya, president, es la suya?
Pedro Sánchez recibió ayer en la Moncloa a Casado, Rivera e Iglesias. Para repasar con ellos lo que ellos ya saben: la relación de instrumentos que tiene a su disposición el gobierno para abordar situaciones de crisis que afecten a la seguridad nacional.
Éste es el debate que el gobierno alimenta a tres semanas de las elecciones generales: si se dan las condiciones para aplicar en Cataluña medidas excepcionales.
Escuchada la declaración del presidente anoche, Sánchez se va a instalar en el podría hacerlo pero no lo voy a hacer. Todavía. Es muy grave lo que pasa, tengo instrumentos para asumir el control yo, que se sepa que tengo a mano el botón y no me quita el sueño apretarlo… pero hoy todavía no lo aprieto. Y mañana, tampoco. Y pasado, ya iremos viendo. Así van pasando los días y así es posible que lleguemos al 10 de noviembre.
Prueba de esta estrategia de hacemos cosas, pero nada excepcional todavía, es el anuncio que hizo el presidente anoche: el anuncio de algo que en realidad hizo hace días, constituir un comité que analice la situación cada día.
Se ha creado un comité que hasta ahora no ha visto necesario hacer nada más. Ésta es la única acción. La única hoy. Queda margen (tiene el gobierno todo el margen) para ir cambiando el análisis y las medidas. En función –-éste el asunto central— de lo que vaya provocando en Cataluña esta legión de saboteadores que no parece que estén siendo repudiados con mucha vehemencia por los partidos que gobiernan esta comunidad autónoma. Y en función de lo que vaya provocando ese mismo gobierno. No en función de cuántos votos te da o te quita aplicar la ley de Seguridad Nacional o pegarle un meneo a Torra con el 155.
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