EL MONÓLOGO DE ALSINA

El monólogo de Alsina: Las consecuencias del caso "volando voy, volando vengo"

Les voy a decir una cosa.

A partir de ahora, venga, bueno, pero de lo hecho hasta ahora, no, de eso nada. El caso “volando voy volando vengo” ha tenido dos primeras consecuencias.

ondacero.es

Madrid | 18.11.2014 20:12

Una, que José Antonio Monago se mira al espejo y ve el escudo de Extremadura: en lugar de la encina van a poner una foto-carné para que quede claro cuál es el símbolo de la región extremeña: su presidente, más fuerte (dice él) que nunca. Si atacarle a él (entiéndase criticar algo que hizo cuando ni siquiera era presidente) es atacar a Extremadura, acaba de darle una alegría a Artur Mas, que ya sabe lo que le dirá el Monago le critique por cualquier cosa: Cataluña está siendo atacada por...Extremadura (un despropósito, oiga). Ésta es la primera consecuencia.

La segunda, que los dos grupos mayoritarios han alumbrado juntos un cambio en la forma de tratar los llamados viajes de trabajo: sistema de control, lo llaman. Consiste en que cada tres meses publicará el Congreso por cuánto han salido todos los viajes juntos, los que hacen los diputados desde Madrid a su circunscripción, lo que hacen a otros lugares y los llamados viajes oficiales, que son los que autoriza la mesa de la Cámara. Entiéndanse bien dos cosas:

· Que lo que se va a publicar es el coste total, sin desgloses.

· Que será de ahora en adelante, no con carácter retroactivo.

Habiendo generado notable escándalo, ¿verdad?, el descubrimiento de que a un diputado le bastaba con solicitar un billete al destino que fuera, el día que fuera y por el motivo que fuera, para tenerlo de inmediato, y habiéndose sabido que nadie le pedía luego un justificante de que el viaje era fruto de sus obligaciones como parlamentario, la mayoría del Congreso ha creído conveniente introducir algo parecido a un sistema de control, o que parezca que algún tipo de control hay: más apariencia que control de facto.

Para tener billete gratis de avión o tren a un lugar distinto a su circunscripción el parlamentario habrá de presentar un justificante de su grupo que indique a qué va a ese sitio. Dices: al menos quedará constancia de cuál es el motivo “oficial, por si luego se descubre que es para otra cosa que se le pueda afear la conducta. Cierto, pero permanece el fondo del debate, que la mayoría de los diputados prefieren no abordar: un viaje de fin de semana a Mallorca para participar en un acto de partido, ¿se considera desplazamiento parlamentario y se da por bueno, o al ser un acto de partido se lo paga, si acaso, ese partido? Monago explicó el viernes los motivos de sus viajes “de trabajo” a Tenerife y casi todos eran para cosas del PP, políticas, sin duda, pero no del Senado, sino del partido. Algunos grupos se han comprometido a publicar a partir de ahora las agendas y desplazamientos de sus diputados. Y aquí la clave vuelve a ser “a partir de ahora”, porque lo que nadie se plantea es contar lo que hasta ahora ha pasado (en privado admiten que si sale de gordo toda la lista de vuelos aquí arde Troya).

Éste es el primero de los dos acuerdos -medio acuerdos, en realidad- que hoy han alcanzado populares y socialistas (o PP-SOE como prefiere decir Podemos porque todo lo que huela a pacto entre los dos grandes partidos entiende que le beneficia). Al segundo medioacuerdo, curiosamente, habría podido incorporarse Pablo Iglesias si fuera ya diputado (no eurodiputado, sino parlamentario en Cortes). Habría podido votar favorablemente la proposición de reconocimiento de Palestina como Estado, o en rigor, la propuesta que insta al gobierno a que promueva ese reconocimiento.

El ministro de Exteriores, García Margallo, en una pausa en sus disquisiciones sobre Cataluña, tiene pronunciada esta frase: “el tiempo se está agotando, o hacemos algo ya o el estado palestino será físicamente imposible”. Que significa que, cuanto más territorio ocupen los asentamientos israelíes, los colonos, menos viable resultará un estado palestino, complicado ya territorialmente de origen por la separación de Gaza y Cisjordania. El diagnóstico del ministro lo comparte el Partido Socialista, que compartiendo una corriente de opinión extendida entre diplomáticos de muy diversos países, entiende que éste es el momento de cambiar el paso en Oriente Próximo, introducir un elemento lo bastante relevante como pasa sacar de su letargo al proceso de paz entre el gobierno israelí y la autoridad nacional palestina.

Ese elemento es la consideración de Palestina como estado, la conversión de la autoridad nacional -diseñada en origen como institución transitorial- en el cimiento de ese nuevo estado. Es la consecuencia lógica de los pasos que ya han venido dando los gobiernos españoles (apoyo al ingreso de Palestina en la Unesco, elevación del estatus de la representación palestina en España) y cuya última etapa sería el respaldo al ingreso de Palestina como estado de pleno derecho en la ONU. Ante la dificultad, por no decir imposibilidad, de que la Unión Europea fije en este momento una postura común sobre el reconocimiento, España se encuentra entre los países que, en Europa, nos lo estamos pensando: Francia, Reino Unido, Irlanda, nosotros. Con el añadido de que nosotros, como Francia y Reino Unido, seremos en enero miembros del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. En ausencia de posición común europea, un reconocimiento de estos países sería un impulso decisivo, desde Europa, a este proceso.

La coexistencia de los dos estados, israelí y palestino, en lo que en su día fue el mandato británico de Palestina, fue el plan original, conforme a las fronteras que se diseñaron entonces, que la ONU aprobó en el año 47 (un 29 de noviembre) y que cosechó el rechazo de los países árabes. Después llegaría la proclamación del nuevo estado de Israel, la primera de las guerras (1948) y todo lo que vino luego, esta historia interminable de enfrentamientos armados por el control del territorio, y refugiados, y muertos, y desplazados, terrorismo, terrorismos de estados, negociaciones de paz, tratados de paz entre Israel y Egipto, Israel y Jordania, negociaciones, ruptura de negociaciones, intifadas y batallas de propaganda.

Casi siete décadas después del primer plan de partición y la salida de los británicos, el gobierno israelí se reunió esta tarde para responder, “con puñode hierro”, dijo Netaniahu, al asesinato de cuatro personas esta mañana en una sinagoga de Har Nof, Jerusalén. Hamás celebra las cuatro muertes porque son respuesta, a su vez –dice- a los crímenes cometidos por los israelíes.

El primer ministro, en puertas de elecciones anticipadas, ha señalado a Hamás y al presidente palestino Abbas como instigadores de los atentados. Pero en conversación con diputados del Parlamento, el director de la agencia de seguridad israelí (el servicio de inteligencia, digamos), ha dicho algo bastante distinto: “Los autores del atentado no tienen antecedentes, no se les conocen vínculos con organización alguna y no cabe atribuir responsabilidad alguna al presidente palestino: Mahmud Abbas no está interesado en el terror y no está instigando al terror ni abiertamente ni tampoco entre bastidores”.