Para empezar el año, Marina nos lleva hasta París de finales de 1895, concretamente al día 25 de diciembre, cuando los hermanos Lumière estrenaron el cinematógrafo, una máquina que hace películas. En el Gran Café del Boulevard se estrenaron las primeras películas que cambiaron radicalmente la vida cultural: 'La salida de los obreros de la fábrica' y 'La llegada del tren'.
El cinematógrafo de los Lumière es el que "gana la partida" en la historia del cine, pero no fue el único ejemplo de intentos de poner en movimiento y sonido la fotografía, también existió el kinetófono.
Una vez inventado el fonógrafo en 1877, Edison pensó en conseguir "para el ojo lo mismo que el fonógrafo hace para el oído". Y así desarrolló, junto a su equipo -ya sabemos que Edison tomaba el crédito de muchas de las creaciones de algunos de sus ayudantes- su propuesta: el kinetoscopio, un visor individual de películas que luego se convirtió en kinetófono al incorporar un gramófono al aparato, lo que permitía escuchar música a la vez.
El cine siempre ha sonado
Muchas veces para referirse a las películas donde todavía no hay palabra, no hay diálogos, se habla de "cine mudo", pero que no se oyeran las voces no implica que no se oyera nada o que el cine fuese silencioso. El cine, desde el comienzo, sonaba y mucho.
Un autor, Kurt London, que fue de los primeros en intentar hacer una teoría sobre la música en el cine y decía que las orquestas que acompañaban en directo a las primeras proyecciones lo que intentaban era tapar el sonido del cinematógrafo. Un poco lo que hablábamos hace unas semanas con la música de ascensor: que si escuchabas la música no oías el crujido de las cadenas y de la madera.
Otra cosa interesante es que en este cine que se empezó a dar sus primeros pasos a principios del siglo XX encontramos ya el que sería el abuelo del videoclip. Lo que hicieron los guionistas fue tomar algunas canciones que eran muy populares y con su historia construir una película.
Por ejemplo la canción 'Everybody works but father', y que fue un hit de Lew Dockstader en el año 1905. Esta canción llevó a que la compañía American Mutoscope y Biograph hicieran su versión de la canción en película, invitando incluso al público a cantar mientras la veía, pues tomaba estrofa a estrofa su contenido.
La "primera banda sonora" de la historia del cine
La banda sonora, como concepto ya más de conjunto y parecido a lo que entendemos ahora llega gracias a la ópera. En general gracias a la música escénica. De hecho la que podríamos considerar (con todos los matices) como la “primera banda sonora” de la historia del cine es la música que Camile Saint-Saëns compuso para 'El asesinato del duque de Guise'.
Esta película de 1908 fue producida por una asociación de actores llamada Film d’art que querían "elevar" el cine en todos sus componentes, basándose en guiones teatrales, en acontecimientos históricos y en elevar la cuestión musical. Lo interesante es que la música representa muy bien lo que la imagen ofrece, pero también lo que la imagen todavía no tiene.
Para algunos, los personajes sin música parecían fantasmales. Curiosamente, la música les aportaba realismo. Igual por eso sabemos que hubo música desde el principio del cine: a partir de las proyecciones de 1896 ya había músicos en la sala sobre todo pianistas e intérpretes de harmonium, una especie de órgano de pequeñas dimensiones.
También existían aparatos que simulaban un ensemble entero, aunque eran operados por solo una persona como el 'Wurlitzer Automatic Music Instrument' o el Fotoplayer de la American Photo Player Company.
El órgano de teatro
El instrumento que más triunfó fue el órgano de teatro, que juntaba elementos de los instrumentos anteriores en un teclado con muchos “pistones” alrededor. Estos pistones activaban la infinidad de instrumentos en miniatura que se esconden en su interior. Así, ya no se necesitaba un espacio muy grande para albergar muchos instrumentos y se ganaba el carácter humano, que puede reaccionar ante imprevistos o improvisar.
Un ejemplo de ello es la grabación de Anna Vavilkina tocando el órgano de teatro del cine Babylon de Berlín para la película Vecinos, de Buster Keaton, y solo activando un par de pistones suena una alarma o el teclado adquiere el sonido de una especie de cascabeles
Las "cue sheet" o sugerencias musicales para las escenas
Con el tiempo se fue regulando lo que se esperaba que sonase con cada película, evitando que cada músico tocase una canción u otra según su parecer. Había varias opciones para ello, pero quizá la más importante son las cue sheet, que eran sugerencias musicalespara cada escena que se publicaban en las revistas de novedades cinematográficas.
Las cue sheets indicaban el minutaje (las “cue”) y la música asociada, que al final terminaba siendo un popurrí entre música preexistente (fundamentalmente composiciones del romanticismo) y música creada ad hoc.
Las cue sheets comienzan a publicarse en un momento clave en la historia del cine, hacia 1908-1909, que es cuando –según cuentan muchos historiadores- la industria se mueve de Nueva York a Hollywood huyendo del monopolio que tenía Edison con la Motion Picture Patents Company.