EL GALLO ZUMBÓN

Antonio Lucas: "Iglesias tampoco dice la verdad porque cada una sus palabras aloja sus propias antipartículas"

Escuché la intervención de Pablo Iglesias en la asamblea de En Comú Podem celebrada en Sant Adrià del Besòs. Acusó a los independentistas de haber "fracasado" y de haber "mentido". Lo dijo ayer domingo, 3 de diciembre. Y no sé si lo hizo porque se acaba de enterar o por pura obviedad que le venía al pelo.

ondacero.es

Madrid |

En estos meses de tangana secesionista, entre tantas semanas de festival ridículo que es difícil sacar la cuenta de cuándo todo saltó por los aires, no se puede ir por ahí de precampaña echando frases tardías al respetable. El papelón de Podemos ha sido obviar hasta última hora que en Cataluña se intentó practicar una autopsia a un cuerpo vivo.

Que de la izquierda que representan se esperaba más autoridad. Que este asunto se les convirtió en ciénaga demasiado pronto y que pudiendo ser parte de una alternativa decidieron alimentar esos bajos fondos del poder llenos de reptiles que no sólo mienten, sino que extorsionan, huyen, hacen el payaso y abren con pericia una grieta en la convivencia que propiciará una nueva 'generación partida' de catalanes dispuesta a resolver este tinglado de un modo aún incalculable.

El Podemos de Pablo Iglesias (que es hoy todos los Podemos por decreto de traición interna) vendió su advenimiento como el de un partido transformador, pero con Cataluña se reveló como otra de esas formaciones que nacen de los nidos de serpientes, aunque con la diferencia de traer a la política española el arco del triunfo de la confusión digital. Apenas esto. Iglesias tampoco dice la verdad porque cada una sus palabras aloja sus propias antipartículas.

Salir ahora, un domingo 3 de diciembre, con que el independentismo ha fracasado y ha mentido es como contar el final de 'Casablanca' intentando el 'spoiler'. Una forma como otra cualquiera de hacer el ridículo. Pablo Iglesias cree que la política es convertir realidades contrarias en certezas equivalentes. O sea: patentar de matute la mentira o la fantasía. Sin duda, una manera de precintarse el futuro. Y en esto también estoy con Ferlosio. Lo de Cataluña, con Podemos o sin Podemos (qué más da), es un coñazo. Hasta la próxima.