Una pasión compartida. Y Visor llega al número mil de su aventura celebrando a Antonio Machado, que es algo así como un récord y una declaración de intenciones. Incluso un triunfo. La poesía de verdad importa cada vez menos, pero extrañamente importa más que nunca.
Lo que sucede hoy en cualquier ámbito de la vida tiene un poema escrito que ayuda a descifrar mejor lo que está sucediendo. Da igual que sea un desvelo de amor o un desconcierto. Da igual el lío de Rajoy o lo de Cataluña. Nada mejor que algunos poemas para descifrar el presente, incluso la actualidad. Hacia donde mires existe algo ya escrito que se ajusta a lo que estamos viviendo, incluso a lo que habrá de llegar. Aunque no lo creas, la poesía anticipa. Todo esto que sucede será más fácil de recordar en un poema que en un periódico. Pues es realmente absurdo a lo que estamos asistiendo. Y en eso nos ayuda la poesía.
Existe una vida más interesante más allá de lo que un titular encierra. En unos pocos años será más importante algún verso que una entradilla de telediario. Es probable que hayamos llegado a la cumbre del absurdo. Nuestro presente es un cansancio proyectado en los teléfonos móviles. No dejan tiempo para aburrirnos. Algunos políticos saben de esa debilidad y la aprovechan. Si lo piensas bien, de nosotros sólo se espera más interacción, más tiempo perdido, votar por el teléfono el mejor 'gori gori' de un concurso de canto y otras faenas por el estilo.
Es momento de decir: "Basta". Es tiempo de regresar a Machado cuando advierte que "los conceptos son de todos y se nos imponen desde fuera; pero las intuiciones siempre son nuestras". ¿A qué haremos caso? Machado no pasa de moda. Nos ayuda a pensar. Y eso es un regalo impagable. Atrevámonos a pensar por nuestra cuenta. A no aceptar lo que viene ideológicamente manufacturado. Artrevámonos. Hasta la próxima.