Vimos Alsina y vio cerca Gustavo de Dios el fuego del infierno,
Muchos te hablaron de ese beso mortal pero no eterno:
Alcaldes: García y Alonso, el presidente Torres, y el experto David Calvo;
Y el vecino, Roberto Camacho, que gracias a Dios está a salvo.
Luis Alberto Rodríguezte dijo: el ruido del volcán es indescriptible,
El profesor Mangas te subrayó que es monstruoso y horrible.
Ayudaron los militares de la UME, a las duras y las maduras;
Emilio Duch te contó de bomberos al rescate de iglesias y otros a oscuras,
También los registradores colaboraron, con hipotecas y escrituras.
Te dio tiempo a volar a Bilbao y a conversar con sabios, menos mal:
Con Julius sobre dolor, y con Guyon sobre inteligencia artificial.
El dolor que provocó ETA, lo recordaste con “Maixabel”, fue real.
Pasaron exministros, como Illa y Laya, de la que te habló Cembrero.
Y Olga Avellán nos demostró que su corazón es grande y está entero.