Sobre el desarme de la banda terrorista opina que "la entrega de armas es un paripé, estas estaban ya inutilizadas porque no tienen quién las utilice" y se reafirma en la opinión de que no es cierta esta posición de ETA de el fin de la violencia, ya que "para que haya paz no hace falta más que que los que turbaban la tranquilidad dejen de hacerlo".
En cuanto a la rendición de la banda, afirma con optimismo que "el final de ETA es el final del discurso del odio y del chantaje moral continuo a las víctimas, porque estas son víctimas siempre, no sólo el día del atentado". Por último, se reafirma en la posición de que el final de ETA llega tarde y en que no hay nada que agradecerles: "ETA es el aval mitológico de la izquierda abertzale. Agradecerles que dejen de matar es como agradecérselo a Jack el Destripador".