Madrid |
Me refiero a lo valores de un equipo en cuyo escudo aparecen las siglas de la R y de la M. Ramiro de Maeztu. Un hombre ilustrado y sabio al que dieron muerte los republicanos. Y cuyo nombre honra el instituto u los campos de basket donde juegan los chavales de la mayor cantera de Europa.
Todavía está en pie la Nevera, el viejo y gélido pabellón cubierto. Garci podría rodar una película de época sin cambiar un mueble. Porque el Estu tiene 75 años de historia. Pero no están claros los que le quedan por delante.
Está amenazado el equipo de ACB y el femenino, que se fundó hace 30 años. Y corren peligro los equipos inferiores, aunque no pueda decirse que sea inferior el equipo de los discapacitados. Quizá sea el más superior de todos, la expresión de un equipo que representa la historia del baloncesto español y que ha contribuido a la tolerencia y al respeto.
No están en contradicción con la vehemencia de la Demencia, sobrenombre de una hinchada cuyos himnos y turbantes de hace 30 años se han demostrado visionarios: España, mañana, será musulmana.
Échanos una mano, querido oyente. Súmate a nuestra campaña de change.org. Y puedes hacerlo aunque seas del Madrid. Qué sería de tu equipo, querido merengón, si no hubierais fichado a Fernando Martín, a los hermanos Reyes, Antúnez, Carlos Suárez o el Chacho Rodríguez.
Mandaría huevos que el club desapareciera cuando ocupa la Moncloa un ex alumno del Ramiro y un ex jugador de los juveniles. Me refiero a Pedro Sánchez. La memoria no es su fuerte, ya lo sabemos, pero esperemos que la mascota de nuestro club, un esqueleto llamado Garibaldi, no sea el presagio de una defunción inadmisible.