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Rubén Amón indulta a Colón: "Es un delirio acusarlo de lo que no hizo, sino de lo que sobrevino después"

Procedo al indulto de Cristóbal Colón, humillado en Los Ángeles con la evacuación de su estatua en un escarnio de extraordinaria repercusión mediática, como si fuera el conquistador un genocida. Y un personaje abyecto que debe ingresar en la lista negra de los monstruos occidentales: Hitler, Stalin, Mao, Lenin, Franco, Mussolini.

ondacero.es

Madrid |

La iniciativa pretende restaurar la dignidad de los pueblos indígenas, como si el hombre que vivía en América antes de la llegada de Colón fuera puro. Y como si no anidaran en aquellos habitantes autóctonos las mismas pulsiones, pasiones, de los occidentales. Están documentados los sacrificios humanos a los dioses, las guerras y las violaciones, los incestos, los parricidios y los infanticidios, pero se le atribuye a Colón el delito de haber contaminado el paraíso.

Y se lo despoja de la proeza visionaria, de la valentía de la conquista. Y se le juzga fuera de contexto, cultural, histórico, para caricaturizarlo con parámetros contemporáneos. La exaltación de la naturaleza, la filantropía étnica, los derechos humanos. Es un delirio acusar a Colón no ya de lo que no hizo, sino de lo que sobrevino después.

Y quede claro que lo que vino después no fue el hito de la humanidad que tanto exalta Pablo Casado, pero si la realidad y la ambición de un imperio que cometió aberraciones y extraordinarias proezas. La romanización nos enseñó que un imperio no se expande consolida con la fuerza, sino con los derechos. Ahí están las leyes de Burgos. Ahí están los millones de indígenas que provienen en nuestros días de la estirpe de los hombres puros.

Cristóbal Colón fue un héroe y es una leyenda de la humanidad. El malentendido que ahora lo proscribe solo es premonitorio del escarmiento que les espera a Armstrong, Aldrin y Collins por haberse atrevido a profanar la Luna y demostrar que no hay fronteras para los humanos.