El indultado de Rubén Amón

Rubén Amón indulta a los Jordis: "El independentismo progresa como una fábrica de mártires y héroes"

Procedo al indulto de los Jordis. No de todos, aunque tengo mis favoritos. Jordi Villacampa, el alero del Joventut. O Jordi Mollà, el actor. Incluso Jordi Pujol, ¿lo recordáis? Igual no, pues el soberanismo alcanza a taparlo todo. Y con más razón los crímenes de sus patriarcas.

ondacero.es

Madrid | 19.10.2017 09:47

Digo que voy a indultar a los Jordis porque me refiero a Jordi Sánchez, de la ANC. Y a Jordi Cuixart, de Òmnium, aunque la promiscuidad del procés ha terminado por amalgamar las siglas y les gentes. Hasta se parecen físicamente los Jordis. Y comparten prisión, humillados en la experiencia de recorrer los pasos de Bárcenas, de Conde o de Blesa en el patio de Soto del Real.

No hay derecho a esta degradación. Y no hay derecho, por lo que se ve, en general, pues sostienen sus partidarios, Pablo Iglesias el primero, que son los Jordis la expresión contemporánea de los presidiarios políticos. Condenados por sus ideas.

Perserveramos, señoras, señores, así en la banalización de las verdaderas tiranías y de las grandes autocracias. Todo es fascismo. Y todo es franquismo. Por eso el independentismo progresa como una fábrica industrial de santos, mártires y héroes. Hasta les ponen velas.

Jordi Cuixart es uno y trino. Jordi Sánchez también, más todavía cuando su hagiografía menciona como una heroicidad haberse convertido en el primer hooligan que robó la bandera de España del palacio de la Generalitat. Lo hizo en 1988 con ocasión de una visita del rey.

Queda así demostrado su precoz actvismo. Y justificada la solidaridad a Herri Batasuna en el contexto del atentado de Hipercor. Jordi Sánchez dijo que la culpa fue del estado español y del capitalismo, aunque estos pormenores han desaparecido de la biografía oficial.

Más difícil ha sido esconder su designación como líder de la ANC. Porque se había elegido a una activista californiana, Liz Castro, acaso por devoción al apellido. pero ya sabemos el escrúpulo democrático de los Jordis y su manera de contar los votos. Por eso les sugiero un epitafio: "La democracia soy yo".