EL INDULTADO DE RUBÉN AMÓN

Rubén Amón indulta a los políticos: "Se exponen a una presión a la que no es fácil encontrar recompensa"

El indulto de hoy va a resultar polémico, me consta. Porque voy a indultar a los políticos. No en particular, sino en general, como estirpe degradada de nuestra sociedad.

ondacero.es

Madrid |

Ya dice el CIS que ocupa la zona baja de la reputación, cerca de los periodistas y de los jueces, maticemos, de forma que dedicarse a la política equivale a un camino de santidad. O a una vocación extrema. O a la negligencia profesional en otros campos.

Los políticos son fundamentalmente honesto y forma parte de la sociedad, pero los escándalos de corrupción los aíslan y desprestigian al gremio entero. Un gremio mal remunerado. Y escrutado más que ningún otro. Una imputación equivale a la muerte civil. Y una novatada en el colegio se convierte décadas después en un expediente incendiario.

No digamos en estos tiempos de extrema y extremista ejemplaridad. El político está siempre justificándose, pidiendo perdón. Se rebaja el sueldo como si fuera indigno ganar dinero. Y se expone a una presión a la que no es fácil encontrar recompensa.

Se explica así que la crisis de vocaciones en la política sea tan grave como en la Iglesia o en el Ejército. Vamos a tener que reclutar voluntarios. Y son pocas las personas cualificadas a las que llama el servicio público y la filantropía.

Culpa de una sociedad que considera al político diferente cuando es otro reflejo de la sociedad. La corrupción no se desarrolla en una sociedad sana, pero es verdad que en la nuestra, ya se ocupan los políticos de hacerse daño a sí mismos. Y de desprestigiar su oficio, su misterio, con el veneno y las intoxicaciones de las cuestiones personales, emulando, siempre que es posible, la riña a garrotazos de Goya.