Rubén Amón indulta a Luigi di Maio: "Es el favorito a la victoria en las elecciones italianas, pero ya sabemos que no va a gobernar"
No os voy a poner en el aprieto de preguntaos el nombre del presidente de Italia. Y no, no es Sandro Pertini.
No os voy a preguntar si quiera cómo se llama el primer ministro actual.
Ni siquiera os voy a preguntar quién es Luigi di Maio, siendo Luigi di Maio el favorito a la victoria en las elecciones legislativas de domingo. Pues hay elecciones legislativas el domingo.
Insisto en qué no estamos aquí comprometiendo el conocimiento del panelista ni del oyente, más bien reflejando la distancia de la actualidad italiana. Y la manera en que se ha desdibujado el interés hacia un país que sigue expuesto a la sombra de Berlusconi.
Luigi di Maio es nuestro indultado. Y os decía que el favorito a la victoria, pero ya sabemos que no va a gobernar. Porque su partido, el movimiento 5 estrellas, desprecia cualquier oportunidad de coalición. Siendo Italia un país particularmente balcanizado, hasta el extremo de haber gobernado a la vez cinco partidos. Il pentapartito.
Di Maio no pactará ni gobernará, pero su victoria reviste mérito porque demuestra la tonicidad del Movimiento 5 estrellas un lustro después de su aparición y porque el pipiolo ha conseguido sustituir a la figura totémica, patriarcal, carismática, descomunal, que representaba el humorista Beppe Grillo.
Digo pipiolo porque tiene 31 años. Porque fue el diputado más joven de la historia de Italia. Porque podría ser el nieto del propio Grillo. Y porque su aspecto adolescente demuestra menos edad. Un cambio de imagen más encorbatada y más sistema que también explica la oportunidad de un discurso más moderado. Di Maio no es filoruso, por ejemplo. Ni incurre en el lenguaje xenófobo. Ni abomina del Estado.
Es un moderado. Y hasta un democristiano, pero sobre todo representa el culto a la adolescencia de la política, la veleidad de la imagen, el castigo a la gerontocracia y la novedad por la novedad en una ciudad fundada ocho siglos antes de Cristo.