EL INDULTADO DE RUBÉN AMÓN

Rubén Amón indulta a Manuel Valls: "Es la precuela de Ciudadanos por su desengaño del socialismo"

Ministro del Interior en Francia, primer ministro, aspirante a la jefatura del Estado en el Elíseo y aspirante a la alcaldía de Barcelona. Cuando menos es extraña la trayectoria política de Manuel Valls. Una especie de fichaje transpirenaico.

ondacero.es

Madrid | 26.09.2018 10:07

Ciudadanos, su plataforma, ha buscado lo que se llama un refuerzo en el mercado francés. Ya lo ha hecho el Barça con Umtiti, con Lenglet, con Dembelé, aunque Valls, tan francés como los patos de las Tullerías, nació en Barcelona. Y habla español y catalán. Porque se lo enseñó su padre, exiliado en París.

Ha debido resultarle atractivo el fichaje porque es una manera de estimular su carrera política. Que era menguante en Francia después de haber aspirado a todo. Y que sirve de pretexto a Rivera para transplantar en España un patriotismo desacomplejado. Un énfasis en la seguridad. Una visión restrictiva de la inmigración sin que proceda hablar de xenofobia.

Lo que no puede instalar Valls en España es el modelo republicano. No ya por la monarquía borbónica, sino porque la promesa de una Francia integrada y en armonía de convivencia no ha llegado a producirse.

Valls es en cierto modo la precuela de Ciudadanos. Por su desengaño del socialismo. Por su européismo. Por su beligerancia contra los nacionalismos. Y por una idiosincrasia cosmopolita que aspira a ahuyentar los tractores, los lazos y las procesiones oscurantistas.

Barcelona es un escenario extraordinario para el regreso del hijo pródigo. Una vuelta inesperada y providencial para un político que pretendió encabezar no hace tanto el liderazgo de la nueva izquierda europea. Recordad la foto. Se tomó en Bolonia en 2015. Hay tres protagonistas. Uno es Valls, el otro es Matteo Renzi. ¿Y el tercero? El tercero es Pedro Sánchez.