Procedo al indulto de Byung-Chul Han. ¿Y quién es Byung-Chul Han? El nombre y el apellido coreanos podrían sobrentender que esun actor de “El juego del calamar”.Peor aún, el guionista, el director.
No lo es, tranquilidad, aunque la aclaración tampoco resta peligro al personaje. Cuya profesión no es solo filósofo, sino filósofo de éxito, en cuanto testigo de una sociedad que él mismo considera deshabitada por la tecnología, deshumanizada, errabunda incluso.
Es un fenómeno de masas. Han a cuenta de sus diagnósticos de la sociedad. Huérfana de Eros. Depresiva. Y tiranizada por la violencia y capitalismo, así es que Han no es el guionista de “El juego del calamar”, pero bien podría serlo en la descripción de la angustia contemporánea.
Su último libro, 'No-Cosa's -y quien dice libro dice manual de charlatanería-, propone una expectativa optimista que pasa por recuperar el valor de las cosas materiales. No las más prosaicas, sino las que más enjundia sentimental y afectiva puedan evocarnos.
Él mismo se ha comprado una gramola. Y recomienda que adquiramos un molinillo de café. Y que nos preparemos el espresso a la antigua usanza. Porque el problema de nuestra sociedad, dice, es el materialismo inmaterial. Posesiones inmateriales o virtuales, contenidas en la pantalla de un móvil.
Discrepo. Y me parece a mí que la renuncia a la posesión física de las cosas -el coche, los discos, la casa-, cosas que cogemos y soltamos sin apegos, representa un salto evolutivo que me hace tenerle un cariño insospechado al patinete de alquiler.