Vago, bebedor y tacaño. Estos son los adjetivos que describen una crónica sobre Felipe Froilán de todos los Antros que he leído en el nacional. Aclaro que se trata de un medio soberanista catalán. Y que su línea editorial contempla los Borbones como si fueran una parada de monstruos.
Vago, bebedor y tacaño. Pues empieza a caerme bien el muchacho. Más se le caricaturiza, más razones se me ofrecen para indultarlo. No digamos ahora, que ha encontrado trabajo. No está muy claro cuál, pero se lo han ofrecido en la satrapía de Abu Dhabi. Y es posible que lo haya enchufado el abuelo, pero cualquiera de nosotros incurriría en el nepotismo para ayudar a la oveja descarriada de la familia.
Y la familia en este caso es la de los Borbones. Artífices involuntarios de la paradoja geopolítica de un choque generacional que reúne en el exilio al rey que debería regirnos ahora y al delfín que debería hacerlo en el futuro. Quiero decir que la abdicación de Juan Carlos I el Campechano es tan relevante como la discriminación de la Constitución a favor de los varones.
Felipe VI es el heredero a expensas de la primogenitura de Elena y Froilán hubiera prevalecido sobre Leonor de no haberse premiado el linaje Felipista. Ya le hubiera gustado al nacional.cat y a los republicanos que Froilán fuera el heredero. Porque hubiera sepultado la monarquía, claro está.
Y por el parecido semántico entre el Borbón y el Bourbon que sobrentiende la crónica referida. Dice así elnacional.cat : "Cuando sale del trabajo refugia sus penas en el alcohol. Se pasa todo el día holgazaneando y bebiendo. Así es su vida en Abu Dabi".