Juan García-Gallardo es nuestro indultado del día. Y la víctima de un encarnizamiento en las redes sociales que le reprochan sus veleidades filofranquistas, su machismo, su racismo.
¿Y qué? No es acaso el candidato de VOX a las elecciones de Castilla y León.¿Qué queréis? ¿Un demócrata? ¿Un ecologista? ¿Un candidato tolerante? Peor aún, ¿un líder europeísta?
No, no señores. Hay que agradecer a VOX la coherencia y la honestidad de su propuesta electoral. Y, eso sí, hay que discutirle a García Gallardo la operación limpieza de su cuenta de tuiter.
Porque ha borrado los mensajes más agresivos e incendiarios.Muy racistas. Muy partidarios del alzamiento nacional. Y muy homófobos, por ejemplo cuando agradecía que el regreso de Raúl a la selección heterosexualizara un deporte lleno de maricones.
El futuro gobierno del PP en Castilla y León dependerá de un mozalbete que se conmueve cuando le mencionan el discurso de Franco en el balcón de la Capitanía General
Sí señor, García-Gallardo. Pero no se arrepienta. Que por eso le han elegido a usted. Y porque es un joven y brillante abogado. De buena familia y de mejores estudios. Magnífico jinete. Y de gran tradición en el derecho, hasta el extremo de que el bufete familiar ha defendido a unos cuantos cargos corruptos del PP y a la familia de Ruiz Mateos.
Otra cuestión es que a García-Gallardo le haya sorprendido más que a nadie su designación como candidato. Apenas llevaba seis meses como militante de VOX, pero su aspecto, su oratoria y las ideas que ha intentado eliminar de las redes sociales, han precipitado que el futuro gobierno del PP en Castilla y León a las órdenes de Demoliciones Mañueco dependerá de un mozalbete de Burgos que se conmueve cuando en casa le mencionan el discurso de Franco en el balcón de la Capitanía General.