EN MÁS DE UNO

Rubén Amón indulta a Iván Redondo: "Se le conoce como el ministro 23"

"Siempre he tenido simpatía y afecto a Iván Redondo". Y también le tengo admiración, más todavía después de haberse convertido en el hombre fuerte del Gobierno. Ya querría Iglesias para sí los poderes y la influencia del gurú monclovita. Y el ascenso con que Sánchez ha reconocido la lealtad, la perseverancia y hasta la astucia.

Rubén Amón

Madrid |

Se le conoce como el ministro 23, que es el número de Michael Jordan, pero Redondo está mucho más arriba en la jerarquía. Es la mano derecha o la mano izquierda. No hay que buscar ideología en Redondo. Lo demuestra que antaño propulsara las carreras de García Albiol y de Monago. En Redondo hay que buscar instinto.

Lo mejor que se puede decir de él es que ha entendido la sociedad en la que estamos. Y la sociedad en la que estamos es amnésica. Ni tiene memoria ni penaliza los recuerdos. Quién mejor para liderarla que Pedro Sánchez en la versión posmoderna de Memento.

No importa cambiar de criterio, sino hacerlo con eficacia y rotundidad. Es la política de la superficie y de la simplificación. Los buenos y los malos y una polarización que Redondo maneja porque Sánchez es el protagonista perfecto del cinismo.

Se atribuye al consejo de Redondo el adelanto electoral. Y se le debería atribuir el contratiempo que suponía pactar con los partidos a los que se quería destruir, ERC y Podemos, pero el masaje mediático y la desfachatez han convertido las plagas bíblicas en maná providencial.

Tiene suerte Sánchez, no lo olvidemos, y la tiene Redondo. El mayor burócrata que conociera o haya conocido la historia nunca hubiera sospechado con la existencia de un cargo como el que se le acaba de conceder: Oficina Nacional de Prospectiva y Estrategia de País a Largo Plazo.