Tiró bien la caña el otro día Caraballo cuando dijo que el tiempo transcurría veloz desde que estamos confinados. Se nos han hecho cortas las siete semanas desde el punto de vista del transcurso de los minutos.
Mi impresión es que el tiempo ha quedado suspendido. Han quedado por completo desdibujadas las barreras que hace muy poco distanciaban las horas, los días y las semanas. Los lunes no son del todo lunes. Ni los domingos son del todo domingos.
Ha habido algunos rebrotes primaverales, pero también han desaparecido las estaciones. Más que robarnos el mes de abril, como decía Sabina, nos han quitado el reloj o nos lo hemos quitado.
Se ha impuesto una monotonía, no digamos cuando los vecinos se asoman todas las tardes, todas, a las ocho de la tarde. Se ha suspendido el tiempo, decía, y se ha suspendido el espacio. O se ha restringido a unos desplazamientos cortos.
No es que el tiempo pase deprisa. Es que el ayer se parece al mañana y el mañana se parece al hoy. Y no voy a hacer una tesis científicas con semejantes impresiones. Joder. si yo lo que quería hacer era indultar a Caraballo. Me gustaría estar a su vera en Sevilla.
Está convencido de que terminaré viviendo allí. E igual es verdad. Mientras tanto, aprenderé a pescar. O me compraré mi propia caña.