Rubén Amón indulta a Josu Ternera: "Creía estar a salvo de los tribunales españoles"
Rubén Amón habla en Más de uno a Josu Ternera después de que Francia haya accedido extraditarlo a España.
Madrid |
Iba a indultar a Josu Ternera irónicamente, pero no cabe la ironía cuando se trata de mencionar a la galería de monstruos del terrorismo etarra. Y Josu Ternera es uno de los más ilustres. Por su predicamento conceptual. Y por su implicación carnal en los crímenes.
De hecho, la causa principal que tiene abierta en España concierne al atentado brutal de la Casa Cuartel de Zaragoza. Sucedió en 1987. Y murieron once personas, incluidos dos adolescentes y cuatro niñas. Así era como ETA concibió el "conflicto". Matando niños.
Creía estar a salvo Ternera de los tribunales españoles, pero la justicia francesa ha accedido a la extradición después de 17 años de exilio y vaivenes. No ya por las causas pendientes que el carnicero tenía en Francia, sino por otros obstáculos administrativos y hasta humanitarios. Porque se decía que Ternera padecía un cáncer terminal de estomago.
Muy terminal no sería cuando se lo diagnosticaron en 2008. Diez años antes de ponerse una capucha blanca y de anunciar la disolución de ETA en 2018, no porque ETA se hubiera disuelto, sino porque la había diluido el mismo estado de derecho al que ahora quiere aferrarse Ternera reclamando indulgencia y sintiéndose víctima de una extradición injusta.
Está muy bien la extradición de Ternera porque recupera la actualidad del terrorismo etarra y malogra el ejercicio de amnesia y de blanqueo con que algunos partidos, medios informativos e instituciones pretenden reelaborar la memoria y la justicia.
Quedan 300 crímenes por esclarecerse. Y uno de los más graves concierne a la matanza de los niños -y de los adultos- de Zaragoza. Ellos sí que padecieron un diagnóstico terminal.