Madrid | (Publicado 13.06.2019 09:55 )
Si estoy yo en condiciones de indultar aJuan Vicente. Me permito las confianzas. Porque es muy buen amigo. Y entiendo que por la misma razón no se me conceda ninguna objetividad.
Por eso no voy a hacer un panegírico. Ni una elegía. Sí puedo responder de otros rasgos personales que no abundan en el escalafón al que pertenece. La integridad, la honestidad. La lealtad.
Entiendo que los castellano-leoneses tienen una percepción parecida. Lleva gobernándolos desde 2001. Y no puede decirse que haya ejercido Herrera un sistema, un régimen, una estructura clientelar.
Por eso no funciona demasiado el discurso de la regeneración con que Ciudadanos querría evacuar del poder a los populares. Herrera ya era las regeneración, una figura extraña de la política, pero comprometido con ella.
Me está quedando muy hagiográfico este texto, he de admitirlo. Y he de añadir que la carrera política de Herrera ha durado mucho más de lo que él hubiera no sé su creído o querido. Se ha presentado más veces a las elecciones de cuantas reapariciones protagonizó su idolatrado Antoñete.
Se nota que estudió en los jesuitas. O no sé si se nota, pero quería mencionarlo. Quizá para decir que Juan Vicente es un democristiano. Un tipo de valores. Sobrio, castellano, prudente en la exposición de los sentimientos, pero mucho menos en las opiniones.
Fue Juan Vicente quien dijo a Rajoyque debía mirarse al espejo. Y quien recomendó a Casado alejarse del oscurantismo de Vox.
La sinceridad forma parte de su perfil atípico y correctamente incorrecto. Admiro la rectitud de Juan Vicente, pero qué hermoso detalle sería depositar en el maletero de mi utilitiario una caja de vino tinto, acaso de la zona de Valbuena.