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Rubén Amón indulta a Otegi: "El soberanismo catalán le ha convertido en estadista, en referencia política"

Indultamos a Arnaldo Otegi. Y nos parece muy bien que el soberanismo catalán lo haya incorporado a sus huestes. Que es una manera de quitarse la careta y de ponerse el pasamontañas.

Rubén Amón

Madrid |

A Otegi le conviene la operación porque se lo convierte en estadista, en referencia política. Y al soberanismo le conviene Otegi porque Arnaldo es un maestro de la kale borroka, del post-terrorismo y de toda la semántica del conflicto.

Le hicieron una entrevista homenaje en Tv3 como si realmente fuera Mandela. Y Otegi realmente quiso serlo, hasta el extremo de que salió de prisión con una bolsa en la que se reconocía la bandera de Sudáfrica.

La parodia tendría que haber arruinado su prestigio, pero lo conserva porque Arnaldo goza de aliados blanqueadores. Uno es el compadre Iglesias. Y otro es Junqueras, aunque no creo que le guste al padre Oriol que Otegi lo compare con los presos políticos de ETA.

No estarían en prisión los pistoleros si no hubieran ejecutado a 829 personas. ETA ha sido derrotada, pero Otegi se resiste a admitirlo porque considera que el terrorismo fue un estadio necesario en el camino hacia la utopía del soberanismo.

Y no solo la utopía vasca. También la utopía catalana, de tal forma que Otegi se disfraza de mártir libertario para soltar en Barcelona la serpiente de la paz y para proclamar la verborrea del Estado opresor.

Razones tiene. No porque padezca las represiones, sino porque las ejercen los soberanismos y los soberanistas. Más de la mitad de la sociedad catalana se desenvuelve bajo la discriminación institucional, cultural, conceptual y propagandística del independentismo.

Todos nos acordamos de dónde estábamos el día que asesinaron a Miguel Ángel Blanco. Otegi también: estaba en la playa.