Rubén Amón indulta a Pepu Hernández: "El PSOE pelea por evitar el último puesto"
Nos han hecho alcaldes, pensé, al enterarme de quePedro Sánchez había escogido a Pepu Hernández, nuestro indultado, como candidato municipal del PSOE.
Quedaba todo en casa. El Ramiro de Maeztu. El Estudiantes. Y se producía un cierto orgullo corporativo. Se reconocía al ba-lon-ces-to, como ya había sucedido con Imbroda.
Luego sobrevinieron las recapacitaciones. Pepu es un gran tipo. Un buen psicólogo. Un domador de egos. Un mago de la ingeniería fiscal, sabemos ahora. Y un campeón del mundo. Pero creo que también una víctima sacrificial.
Enternece que Pepu haya aceptado la candidatura. El PSOE no pelea por la alcaldía. Pelea por evitar el último puesto. Y Pepu ha sido escogido como remedio a una silla caliente en la que nadie quería sentarse.
Ni Rubalcaba, ni Cristina Narbona, ni Del Bosque, ni Grande, ni siquiera Marlaska.
Pepu ha dicho que sí. Y ha revestido la proeza de todo el lenguaje sectorial que pueda imaginarse.
Remontada, presión en todo el campo, espíritu de equipo. Y hasta minuto yugoslavo. Porque Pepu cree que hay partido, seguimos con los tópicos, hasta el último segundo.
Es una ilusión. Me diréis qué más difícil era colgarse en Japón la medalla de oro. Campeones del mundo. Pero no es verdad. Grecia, por ejemplo, nos eliminó a los americanos en semis. Y aquella generación de Gasol, Navarro, Garbajosa, se ha instalado en el Olimpo.
Pepu Hernández es el mejor candidato que ha encontrado Sánchez. Eso no quiera decir que sea el mejor candidato. Más bien quiere decir que consolida la maldición de Tierno Galván. Lo sustituyó Barranco, es verdad, pero se llevó al cementerio de la Almudena el bastón de la victoria.
Lo de Pepu Hernández es una locura, pero bien pensado, la hinchada del Estudiantes se llama la Demencia.