Madrid |
Que lo sepan especialmente los líderes indepes, que ya debieran saber que frente al delito no existe otra cosa que la ley. Si tu pregunta me pide un pronóstico, te diré que no coincido con el presidente Sánchez, que sigue viendo fracasada la utopía –la quimera, dice el Tribunal—de la independencia. Los efectos de la sentencia son, en el corto plazo, que le da vida al independentismo. Le da moral de lucha, como se comprobó en el aeropuerto del Prat.
Le da munición ideológica en esas palabras que hablan de venganza. Y personajes como Guardiola le prestan mística de combate "hasta que termine la represión y se respete el derecho de autodeterminación" que los jueces negaron. Momento muy delicado, espero que no dramático, donde la incógnita es cuánto va a durar la revuelta callejera y cuál será su intensidad.
Y cuando la mirada está en la calle, que se ha preocupado de que no haya un responsable visible, es más difícil el control, y el diálogo casi imposible. Me inquietan esas apelaciones inspiradas por Torra de hacer un Hong Kong catalán. Resultan vacías las palabras que dicen "ahora, la política". Y me asusta ese fascismo de quienes agreden a unas mujeres que llevan la bandera nacional.