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Fernando Ónega: "Un buen golpe al turismo y al comercio puede acelerar la ruina del país"

Nunca falta un roto para un descosido. Y además, los cabreos son como los engaños: se puede engañar e irritar a mucha gente, pero no a toda la gente y durante todo el tiempo. Pero al gobierno hay que reconocerle una extraña habilidad: donde pone el ojo pone la bala.

ondacero.es

Madrid |

Gran puntería para meter el dedo donde más duele. Y, dado que la economía va a ser la gran castigada de la crisis, no hay sector en que se fije que no se tenga que rebelar. Has citado el turismo y el comercio, los dos sectores más sensibles. Suponen cerca del 30 por ciento del PIB. Un buen golpe a ambos puede acelerar la ruina del país.

Y hay que reconocer que el gobierno lo hace con eficacia. En el caso del turismo, se acompaña la obra con la palabra. La obra la pone Illa invitando a los extranjeros a pasar en España dos semanitas en cuarentena, un atractivo hasta ahora no explotado. La palabra la pone ese Cánovas que ocupa el ministerio de Consumo y consuma el agravio hablando del sector como estacional, precario y de bajo valor añadido.

Despreciable, vamos. Y en el caso del comercio, el gobierno sabe que las rebajas son su tabla de salvación, sobre todo en tiempos de crisis. ¿Forma de rematarlo? Prohibiendo las rebajas en las tiendas físicas. Por supuesto, en nombre de la salud. Ahora van a por los ricos. Ayer hablé con uno. Este año prevé pérdidas de su negocio del 40 por 100. Para ayudarle, le van a poner un impuesto. Siempre queda alguien por cabrear.