Ya que citas al ministro Campo, déjame decir antes de nada que menos mal que Carlos Lesmes rechazó la petición del gobierno de retrasar la entrega de despachos por la inminencia de la sentencia de Torra. Si Lesmes hubiera accedido, la sentencia de Torra se publicó ayer y la visita del rey se hubiera producido después, con los CDR incendiando la calle.
Cualquier actividad posterior del rey en Barcelona sí que haría invocar la seguridad. Con lo cual, ignoro si el gobierno carecía de información de los tiempos del Supremo o buscaba tener un motivo incontestable para impedir el viaje. Al negarse Lesmes, que sí conocía los tiempos del Supremo, el ministro Campo alega que el veto se hizo por la convivencia.
Con lo cual, aunque el verbo "estorbar" me parece un poco fuerte para hablar del rey, tampoco está desencaminado. Si el ministro apela a la convivencia, una de dos: o es que se metió en un jardín de difícil salida y compleja explicación que le obliga a acudir a palabras grandilocuentes o, efectivamente, la presencia del rey en Cataluña no interesaba para los propósitos del gobierno.
A lo mejor, quién sabe, al sufrir el jefe del Estado los desplantes del independentismo, haría más difícil la calma bucólica para constituir la mesa de diálogo. O a lo mejor está influido por los Asens que desean que Felipe VI no pise más esa Comunidad. Quién sabe nada. Solo recuerdo una frase de Leopoldo Calvo Sotelo: "en política, lo que parece, es".