Madrid |
Y, si el presidente del CIS, Tezanos, es dirigente socialista, también hay motivos para pensar que le echa una mano a su partido. Ese es el drama de los últimos barómetros del Centro que, encima, contradice a todas las encuestas privadas de las últimas semanas. Puestas en la balanza razones para creer y razones para dudar, creo que son posibles ambas cosas: que el CIS refleja una realidad previa a los sucesos de Cataluña y al traslado de Franco, y que en la cocina se trata de crear un estado de opinión favorable a Pedro Sánchez, que para Tezanos es más que un jefe; es un ídolo.
Un sondeo que diga que Sánchez pierde aleja a muchos votantes. Un sondeo que registre crecimiento anima a muchos indecisos a votarle y estimula el voto útil. Con lo cual, mi conclusión es que sí, que Sánchez es el ganador, retrato de la realidad modificable por siete millones de indecisos, y que en la cocina ese plato fue tratado con mucho cariño; el cariño del militante y compañero.
Tezanos puede imitar a Torcuato Fernández-Miranda: "estoy en condiciones de ofrecer a Vuestra Excelencia lo que Vuestra Excelencia necesita… aunque no me lo pidió".