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Fernando Ónega: "El distanciamiento del Rey Felipe VI de su padre podría ser su 23-F"

Fernando Ónega reflexiona en Más de uno sobre el distanciamiento del Rey Felipe VI de su padre, el rey emérito Juan Carlos I, para salvar la monarquía.

Fernando Ónega

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Hay dos partes. La primera es la definición de las informaciones sobre don Juan Carlos: inquietantes y perturbadoras. Tú le acabas de llamar "calculada declaración". Lo suscribo. La elección de las palabras no se improvisa. Sánchez las llevaba preparadas. Y creo que han sido la muestra de una preocupación que sentimos todos y de una prudencia para no decir expresiones más sonoras.

La segunda parte, la que habla de la distancia de Felipe VI, contiene la clave de la salida de este gravísimo problema. Digámoslo claro: la salvación de una Monarquía herida en su reputación pasa por salvar al rey actual. Y se le salva si se consigue marcar una distancia clara y contundente con su padre, cuánto me duele decirlo, pero es así. Se puede usar o no la palabra repudio, pero es la vía que inició el propio Felipe VI cuando renunció a la herencia de bienes de dudoso origen y desposeyó a su padre de asignación económica. Una decisión familiarmente dramática, pero de salvamento de la institución.

Me arriesgo a decir que Sánchez habla en perfecta coordinación con la Casa Real. Incluso con el propio Felipe VI. Deja a Juan Carlos I en la sospecha, pero el jefe del gobierno se une formalmente a la ingente tarea de salvar la Corona. Y la vía elegida es la única posible: distanciar a Felipe VI de Juan Carlos I. Voy a ser grandilocuente: si se consigue, la figura del hijo se engrandece. A efectos de consolidación, alabado por su honestidad, podría ser el 23-F del rey actual.