Fernando Ónega: "Dudo que haga falta una comisión contra la desinformación"

Buena pinta no tiene. Desde que Orwell imaginó el Ministerio de la Verdad, todo lo que se haga en ese sentido suena a orweliano, a ojo que todo lo ve, a control y, por tanto, a autocracia.

Es cierto que hay mucha noticia falsa. Es cierto que hay fábricas de noticias falsas. Es cierto que hay países que practican una nueva forma de guerra cuyas armas son los ataques informáticos y la desinformación. Y es cierto que todo eso daña la convivencia y atenta contra la seguridad del Estado. El problema es creciente desde que existen las incontrolables redes sociales. Los Estados tienen derecho a defenderse.

Pero esos mismos Estados tienen poderosos mecanismos para detectar el origen de la "fake news" y los intereses que hay detrás, desmentir falsedades y perseguir los delitos que se produzcan. Tienen a sus Servicios de Inteligencia, especializados en ciberdelincuencia. Tienen a la policía, muy eficaz en la detección de bulos.

Y tienen formidables aparatos informativos, que ya son en parte el Ministerio de la Verdad por funciones y número de funcionarios y asesores. ¿Hace falta, además, una comisión contra la desinformación? Personalmente lo dudo. Pero, si hay que crearla, que sea con tres condiciones: que no censure, que defienda el honor de los ciudadanos, que también somos víctimas de las "fake", y que también denuncie las mentiras del gobierno, que descubra la manipulación gubernamental y que nos ayude a distinguir la propaganda oficial de la información.