Madrid | 10.02.2020 07:22
En el caso del lehendakari Urkullu, creo que se dan las dos circunstancias: las encuestas le sonríen y el calendario le aconseja mover ficha. Razón primera de calendario: no quiere coincidir con las catalanas, que pueden ser en otoño. Nadie quiere coincidir con las catalanas, Feijóo tampoco, porque lo que ocurre en Cataluña ocupa todo el espacio y electoralmente contamina.
Unas elecciones basadas en el reclamo de la independencia podrían favorecer a Bildu. Razón segunda: los Presupuestos. Adelantarse a su tramitación parlamentaria le permitiría llegar a las urnas sin el estigma de haber colaborado con Madrid y haber salvado al gobierno de la nación. Si su campaña coincide con su tramitación parlamentaria le permitiría hacer un discurso reivindicativo, que siempre sienta bien a los nacionalistas.
Y si el PNV logra alguna de sus reclamaciones, tendría bazas que presentar en los mítines como conseguidor. De todas formas, no os preocupéis por Urkullu: el viento corre a su favor. O sea, que el adelanto al mes de abril está bien calculado y es razonable desde el punto de vista del Partido Nacionalista. El PNV siempre demuestra que es el más calculador y profesional.