Pareces del PP, porque me obligas a hacer dos matizaciones. La primera, que no es el Partido Popular quien vende la mayoría absoluta: son las encuestas que, de forma unánime, le otorgan esa abultada victoria y con expresiones periodísticas como "Feijóo arrasa". La segunda es que, si algo teme el Partido Popular gallego, es la extensión de la idea de que tiene asegurada la mayoría porque, si es así, sus votantes no necesitan ir a las urnas: se está más cómodo en casa y se evitan los riesgos de contagio.
Y lo cierto es que, a cinco días de elecciones, las encuestas dirán lo que quieran, pero nadie sabe lo que va a pasar. Rajoy perdió las primeras en 2004 por un terrible atentado un día antes de la jornada de reflexión. Ahora, el brote de A Mariña puede tener efectos perniciosos. Puede dañar la imagen de eficacia que Feijóo había ganado en el confinamiento. Puede provocar que nadie vaya a votar en esos catorce municipios. Puede aumentar una abstención, tradicional en Galicia, y ahora con el aliado del temor al contagio, que quizá sea irracional, pero existe.
Cuando los escaños son habas contadas y una mayoría se decide por tres arriba o tres abajo, todo puede ocurrir. Y puede suceder lo contrario: que el miedo conservador a perder aliente y aumente el voto de Feijóo. O sea, que vete tú a saber. Hasta el rabo del domingo, todo es toro. Y, tratándose de Galicia, vaca rubia del país.