Con Ciudadanos viene ocurriendo algo curioso: la opinión publicada lleva meses decretando su extinción. La debacle de Cataluña animó todavía más a los enterradores. Pero llegan las encuestas del CIS y lo resucitan. Las elecciones catalanas fueron el 14 de febrero y la prensa dio por difuntos al partido y a su presidenta. El barómetro del CIS que se publicó ayer se hizo a principios de marzo y miren los resultados: Ciudadanos no solo sube, sino que empata con Unidas Podemos. A veces se producen estos divorcios entre la opinión pública y la publicada.
Lo que ocurre es que ahora, después del calentón de Murcia, como Ciudadanos no muere de muerte natural, el PP lo quiere matar a base de robarle dirigentes. No sé yo si funcionará. En Cataluña ya le robó nada menos que a su candidata, y no sirvió de nada porque perdió todavía más votos y un escaño, que es el 25 por ciento de su representación.
Me preguntas hoy, Alsina, si para Ciudadanos ser la llave en Madrid es lo más a que puede aspirar. Obviamente. Ni a la más eufórica Arrimadas se le ocurriría que le puede ganar. Lo tremendo, a la vista de las encuestas, es que, por muchos votos que pierda Ciudadanos, Díaz Ayuso lo va a necesitar. O Ciudadanos o Vox, no hay otra. O sea, que si Casado y Egea lo quieren absorber, que lo hagan con tiento. No es seguro que succionando sus cuadros se queden con sus votos. Sin embargo, de una agresión tan descarnada quizá se desprenda que Ayuso no pueda gobernar.