Fernando Ónega: "Dos no debaten si uno se niega, y está claro que Pedro Sánchez se niega"

El motivo lo dijo ayer el señor Ábalos con la claridad posible: a Sánchez no le interesa. Y no por lo que pueda decir Casado, sino porque a Sánchez no le interesa proclamar a Casado como su alternativa. Lo que le viene bien es que la derecha aparezca dividida, sin un primun inter pares que atraiga al voto conservador. Eso recomienda la estrategia, también citada por Ábalos, que es la voz competente. Como dato añadido, hay que recordar que Sánchez le dijo a Casado hace ya meses, después de un encontronazo en el Congreso, que con él no tenía nada que hablar y de hecho no volvieron a dirigirse la palabra. La ruptura entre ambos sigue ahí, aunque nadie la mencione, y anuncia un futuro de crispación cualquiera que sea el llamado a dirigir el país. Y ayer se agravó al decir Casado que Sánchez prefiere las manos manchadas de sangre a las manos pintadas de blanco. Hay más rencor que afán de debate entre ambos. Y ante ello tengo ganas de repetir algo que dije anoche en La Brújula: tal como se llevan –o se “desllevan”-- ambos personajes, tal es su nivel de confrontación, que quizá lo mejor sea no ponerlos a discutir. Negaré haberlo dicho, pero quizá sea lo mejor para la tranquilidad del país.